Hay jinetes de luz en la hora oscura
Fernando Rayón | 17 de mayo de 2017
Empecemos por Pedro Sánchez, sin duda, el más beligerante. Dice el candidato en su programa que “España debe consolidar su condición de Estado laico que garantiza los valores, derechos y libertades civiles”. La referencia, que es un poco más larga, recibió una aclaración por parte del propio candidato en Los Desayunos de Televisión Española: “No soy ningún radical que quiera abolir las religiones (…) pero el Estado tiene que ser laico para que represente a todos y a todas”.
Reiteró así Sánchez –una vez más- su error de confundir Estado laico con Estado aconfesional, que señala nuestra Constitución. Y, a partir de este error, señala el programa de Sánchez: “La naturaleza laica del Estado (implica) que ninguna religión confesional debe formar parte del currículo y del horario escolar”. Es decir, que Pedro Sánchez no quiere religión en las escuelas ni aunque los padres la pidan. Pero esta idea de eliminar la religión se completa con otra propuesta que ya formuló cuando pactó su programa como candidato a la Presidencia del Gobierno con Ciudadanos: la derogación de los Acuerdos entre España y la Santa Sede en 1979, que dieron continuidad al Concordato de 1953. También accedió allí a estudiar una Ley sobre maternidad subrogada, idea esta de Ciudadanos que –como es conocido- ha impuesto a Cifuentes en la Comunidad de Madrid.
Pedro Sánchez afirmó: «No soy ningún radical que quiera abolir las religiones (…) pero el Estado tiene que ser laico para que represente a todos y a todas»
De estos nuevos acuerdos sanchistas se derivaría la autofinanciación de la Iglesia, la secularización de las ceremonias y signos y la neutralidad de todas las instituciones, servicios y servidores públicos respecto a las convicciones religiosas de cada cual. Una nueva Ley de Conciencia y de Libertad Religiosa desarrollaría estos cambios, pero siempre partiendo de ese error de planteamiento sobre lo que es un Estado laico y lo que es un estado confesional.
Por cierto que esta Ley de Conciencia y de Libertad Religiosa es también defendida por Patxi López que, a falta de discurso en lo que a estas materias se refiere –su programa nada dice al respecto-, deja la puerta abierta a todos los cambios que su amor por el consenso y la paz del partido le vengan impuestos por unos y sobre todo por aquellos más cercanos a la ideología tramontana de Podemos. Es quizá esta idea de consenso lo que deja cuestiones de principios y de contenido ético al albur de lo que más convenga en cada momento. Así nos ha ido.
Susana es otro cantar. Para empezar es creyente e incluso fue catequista en sus años mozos. Es devota de la Esperanza de Triana y de la Virgen del Rocío, apasionada de la Semana Santa y no hace mucho bautizó a su hijo en la iglesia de Santa Ana de Sevilla. Quizá por este motivo, y por algún otro que han alentado las primarias, desde la sede andaluza del partido también se reprocha a Sánchez que haya lanzado su propuesta de eliminar la religión de las escuelas sin reconocer “que las competencias de Educación están transferidas a las comunidades autónomas”. Y también recuerdan desde la Federación socialista que “no hace ni diez años que el Gobierno de Zapatero firmó unos acuerdos con la Iglesia que son satisfactorios para ambas partes». ¿No era un modelo a seguir en lo social? ¿En qué quedamos?
Patxi López deja la puerta abierta a todos los cambios que su amor por el consenso y la paz del partido le vengan impuestos por unos y sobre todo por aquellos más cercanos a la ideología tramontana de Podemos
Pero tampoco es que Susana Díaz tenga un modelo claro en educación, al menos para la Comunidad Andaluza. Su proposición de orden a nueve centros de educación diferenciada anunciando que no concedería conciertos educativos a los nuevos alumnos que se matriculasen en ellos volvió a enfrentarla con los padres, profesores e instituciones, que han recibido más de 40 sentencias favorables del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía a la educación diferenciada. En el fondo, lo que subyace en estas decisiones de la Junta es retirar progresivamente el concierto a colegios de iniciativa religiosa o cooperativista.
Susana es otro cantar. Es creyente e incluso fue catequista en sus años mozos. Devota de la Esperanza de Triana y de la Virgen del Rocío, apasionada de la Semana Santa y no hace mucho bautizó a su hijo en la iglesia de Santa Ana de Sevilla
¿Y del aborto? ¿Y de la defensa de la vida? Silencio. La verdad es que con estos planteamientos poco se puede esperar. La competencia con la izquierda de Podemos tampoco aporta nuevas ideas que resuelvan los errores del pasado. La alternativa es terrible porque, aunque parezca mentira, siempre se puede empeorar. Pero también es el momento de que un nuevo partido socialista, si consigue superar su convulsión interna, sea capaz de aportar algo nuevo a su trasnochada ideología. Una gran oportunidad.
Quim Torra ha ordenado descolgar los lazos amarillos de los edificios públicos. El presidente de la Generalitat dispara para seguir haciendo ruido y se esconde tras el humo. Sánchez no da la cara y es el Poder Judicial el que defiende el Estado de derecho.