Hay jinetes de luz en la hora oscura
Juan Pablo Colmenarejo | 18 de abril de 2017
Los Presupuestos Generales del Estado presentados recientemente en el Congreso se quedan tan cortos que la prudencia del equipo económico del Gobierno suena ya a demasiado premeditada. Se nota que los 137 escaños ayudan a la cautela.
Crecer entre ocho y nueve décimas en el primer trimestre es una señal más que alentadora para un Gobierno que vuelve a apostar por la mejora del empleo como camino de salvación. La formación de Gobierno ha quitado los frenos. El sector del turismo apunta a cifras desconocidas en la Semana Santa, mientras en Hacienda aplauden el aumento del consumo, pensando en la recaudación y el sofoco del déficit. Tras un mes de marzo lleno de tensiones con su “socio preferente”, el Gobierno de Mariano Rajoy se ha plantado en la primavera con los presupuestos en el carril de la aprobación, manteniendo el poder en la autonomía de Murcia y habiendo renovado las direcciones regionales del PP sin más problemas que las habituales rencillas familiares de la derecha.
La derrota en el decreto de la estiba encendió las alarmas de la legislatura al juntarse con el órdago de Ciudadanos en Murcia como respuesta al frenazo del PP a las medidas regeneracionistas pactadas con los de Rivera. Dicen los expertos en Albert Rivera que el presidente de Ciudadanos es un “killer” de la política. Ejerció ese papel con el decreto liberal de los puertos que paradójicamente su partido, rebautizado como liberal, no apoyó. Existía un pacto para hacerlo, pero como el PP no conseguía los votos necesarios, 176, cambió la orden a sus diputados. La abstención fue un castigo. Una demostración de fuerza; como los del PP van a perder, que lo hagan solos.
La noche del 3 de abril, José Manuel Villegas le comunicó a Fernando Martínez Maíllo que la moción de censura de todos contra el PP va para delante y que el acuerdo con el PSOE y Podemos en Murcia era válido hasta las elecciones de 2019
El enfado de los populares duró unas horas, porque la negociación de los presupuestos seguía en marcha. El ministro De Guindos y el delegado de los naranjas, Luis Garicano, tenían atado el acuerdo de los 4.000 millones de euros. Lo importante ya no era lo urgente. La sintonía de Ciudadanos con los ministros Luis de Guindos y Fátima Bañez es un hecho y ha pasado por encima de los desencuentros de la estiba y de Murcia. Ciudadanos ha conseguido ser más socialdemócrata que el PP, incrementando el gasto al que ahora llaman inversión porque es políticamente mucho más correcto. No es el único logro. Ciudadanos ha llevado a Rajoy hasta el terreno que no quería pisar otra vez.
El presidente se ha dejado a sabiendas. Toca pragmatismo. La dimisión del presidente de Murcia dejó los principios para mejor ocasión. La muerte de Rita Barberá fue una conmoción general en el PP, con el dolor personal añadido de algunos de los principales dirigentes. De ninguna manera se quería volver a entregar la carrera política y la presunción de inocencia de nadie por un señalamiento judicial. Rivera y su gente jugaron la baza con todas las consecuencias. La noche del lunes 3 de abril, el número dos de Ciudadanos, Villegas, le transmite al coordinador general del PP, Martínez Maíllo, que la moción de censura de todos contra el PP va para delante y que el acuerdo con el PSOE y Podemos en Murcia era válido hasta las elecciones de 2019. Nada de seis meses.
Mariano Rajoy se ha dejado hacer mientras piensa en el medio y en el largo plazo. Las escaramuzas que se las apunte Rivera, no hay problema. El presidente entiende de ciclismo y sabe que las carreras largas se ganan siempre en los últimos kilómetros
El “killer” volvía a sacar el cuchillo a última hora, señalando el gaznate del PP. Maíllo, “el que se come los marrones”, hablaba aquella tarde a la vez con Villegas, Pedro Antonio Sánchez y el propio Rajoy. Antes de irse a dormir, en el Gobierno de Murcia ya sabían que se iban a levantar con otro presidente regional. Otra vez, Ciudadanos jugaba a dejar solo al PP porque iba a perder. El compromiso para los Presupuestos de 2017 indica lo contrario. Si Ciudadanos ha llegado a un acuerdo con el PP, es porque tanto las cuentas de este año como las del próximo serán aprobadas. El voto del diputado de Nueva Canarias caerá en las enmiendas parciales, porque no va a ser menos que Coalición Canaria, el íntimo enemigo entre islas. Al PSOE, el espectador de la legislatura, le interesa que dure mientras resuelve su problema de supervivencia.
La sintonía de Ciudadanos con los ministros Luis de Guindos y Fátima Bañez es un hecho. Ciudadanos ha conseguido ser más socialdemócrata que el PP, incrementado el gasto al que ahora llaman inversión porque es políticamente mucho más correcto
Rajoy se ha dejado hacer mientras piensa en el medio y en el largo plazo. Las escaramuzas que se las apunte Rivera, no hay problema. Con las previsiones de crecimiento encima de la mesa de su despacho, con España atrayendo inversión y turismo, el consumo disparado y con una Unión Europea en la que nuestro país va a pintar más que nunca, se trata de esperar. Y esa es la especialidad de la casa. Rajoy entiende de ciclismo y sabe que las carreras largas se ganan siempre en los últimos kilómetros. Aguantar los primeros ataques requiere mucha frialdad para no salir a rueda del primero que salta. Hay que llegar con fuerza suficiente para poder subir la cuesta final sentado, mientras se rebasa sin mirar a los exhaustos “killers” que se habían escapado para salir en la tele.
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