Hay jinetes de luz en la hora oscura
Charo Zarzalejos | 26 de marzo de 2017
Patxi López, Pedro Sánchez y Susana Díaz van a protagonizar una encarnizada pugna por hacerse con la Secretaría General del PSOE. Son cada uno de ellos personajes muy distintos. Les une, eso sí, su militancia en el que a día de hoy es el principal, pero menguado, partido de la oposición. A partir de ahí, sus personalidades en nada se parecen ni sus orígenes son los mismos. La batalla de las primarias del PSOE.
Patxi López que, de manera sorpresiva y adelantándose en demasía a los tiempos, fue el primero anunciar su candidatura, es un socialista de la margen izquierda bilbaína, cuna del socialismo vasco y, en otros tiempos, el socialismo con más prestigio de España. López es un socialista de cuna, mecida ya por los cuidados del famoso “Lalo”. En su casa paterna fue testigo de numerosas reuniones a las que asistían, entre otros, Nicolás Redondo padre. Patxi, a diferencia de su padre, nunca fue una persona especialmente relevante en el socialismo vasco, salvo por su apellido. Su vida no ha ido más allá de las paredes socialistas y, en contra de las previsiones de sus padres, no acabó licenciatura alguna. Su pasión no son los libros, sino el saxofón.
La campaña va a ser dura, pero las reglas están marcadas. López y Díaz se avienen a la disciplina marcada. Sánchez apoya la transparencia, pero no el control de sus donantes, situándose en este punto la primera y abierta discrepancia
En el País Vasco, siempre bajo la sombra del incombustible Rodolfo Ares, libró más de una batalla -alguna bien desagradable de la que Nicolás Redondo hijo podría dar buena cuenta- hasta conseguir ser el secretario general del PSE. Pese a su larga trayectoria en las filas socialistas, hay un hecho claro y contundente: los logros más relevantes de su vida política no hubieran sido posibles sin el apoyo del PP. Fueron los populares vascos, capitaneados por Antonio Basagoiti con el apoyo expreso de Mariano Rajoy, los que le proporcionaron, sin pedir nada a cambio, el sustento suficiente para ser lehendakari. Posteriormente, llegó a la Presidencia del Congreso gracias a la abstención popular. Si mira para atrás, se encontrará con que, gracias al apoyo de “la derecha”, tiene hoy un “caché” que de otra manera nunca hubiera logrado. primarias del PSOE
Se lo advirtieron desde la Gestora: “Si crees que con tu candidatura vas a frenar a Pedro, estás muy equivocado”. Si esa era su pretensión, el error de cálculo ha sido manifiesto. “Patxi está en esto porque se lo pidieron muchos secretarios y cargos intermedios”, aseguran desde su equipo. Es en su propio equipo donde tienen más claro que con la irrupción, primero de Sánchez y luego de Susana Díaz, esta candidatura se ha quedado en tierra de nadie. La indefinición de su programa, frente a la claridad de los discursos de sus contrincantes, así como las escuetas presencias en sus actos no hacen presagiar que vaya a resultar ganador.
En realidad, la crudeza de la batalla queda reducida a dos: Susana Díaz y Pedro Sánchez. Representan dos modelos de partido y dos propuestas políticas bien distintas, al menos en lo que a discurso se refiere.
Los logros más relevantes de la vida política de Paxti López no hubieran sido posibles sin el apoyo del PP. Fueron los populares vascos los que le proporcionaron, sin pedir nada a cambio, el sustento suficiente para ser lehendakari
Pedro Sánchez, diputado por accidente pero con una ambición y determinación desconocida incluso para los suyos, se ha propuesto “devolver el partido a la militancia”, infravalorando la democracia representativa que siempre ha dirigido al PSOE y colocar a su partido como un partido inequívocamente de izquierda, un paso más allá de la socialdemocracia, tal y como es entendida en las posiciones más tradicionales. “A Pedro le han hecho un héroe. Todavía no ha tomado una decisión, pero dudamos que se rinda”. Este era el mensaje enviado por sus más próximos antes de que, nada menos que en Andalucía, anunciara su candidatura a la Secretaría General. Aquel fue el primer pulso a Susana Díaz. primarias del PSOE
Y Sánchez no se rindió. Se sintió traicionado por su más cercanos: César Luena, Oscar López, Patxi López y, por supuesto, Antonio Hernando. De secundar el “no es no” pasaron a la abstención después de un aciago Comité Federal, que se celebró tras una calculada dimisión de los miembros necesarios del comité ejecutivo. A nada de esto ha sido ajena la propia Susana Díaz, que ya en ese mismo momento comenzó a ejercer de candidata “y algo más”. Sin su aliento y apoyo, los acontecimientos no hubieran sido los ya conocidos.
Pedro Sánchez va a por todas. Se recorre España palmo a palmo y, para sorpresa de sus adversarios, logra llenar aforos no precisamente pequeños. Hasta los más próximos a Díaz aseguran que “puede ganar”; los mismos que, como Lambán o Puig, temblaban ante un eventual acuerdo de gobierno con Podemos, apoyo que ellos no han desdeñado para hacerse con el poder en Aragón y Valencia, respectivamente.
Susana no es una adversaria fácil. Tiene experiencia de partido, destila poderío y en el trato personal es afable, acogedora y empática. Su equipo tiene la convicción de que “Pedro centrará buena parte de su campaña en criticar todo»
El que fuera secretario general del PSOE no reconoció sus derrotas electorales, pero sí esgrimió que el anunciado sorpasso de Podemos no se había producido. A partir de ahí vino el “no es no”. Mensaje conciso y claro para una militancia que contempló atónita los espectáculos de Ferraz y que, en gran medida -no en su totalidad-, se sintió incómoda por haber facilitado un “gobierno de la derecha”. Ahora el lema es “sí es sí”. Sí a un partido de izquierda, autónomo, en el que la militancia sea su protagonista. Propuestas como la modificación del artículo segundo de la Constitución, en el que se consagra la unidad de España, parecen haber quedado un poco escondidas. Era ir demasiado lejos. En cualquier caso, Sánchez ha resurgido de sus cenizas y está dispuesto a plantar cara, a luchar sin tregua por verse restablecido al frente del PSOE.
Pero Sánchez con Susana Díaz ha tropezado. “La señora de Sevilla” o “la chica de Triana”, como se quiera, no es una adversaria fácil. Con una enorme experiencia de partido, criada a la sombra de Griñán, destila poderío y en el trato personal es afable, acogedora y empática. Tiene a su favor a lo que se denomina “aparato” del partido que, si bien hace unos años era garantía de éxito, hoy puede ser elemento suficiente para su derrota frente a Sánchez.
Ni Madrid es Andalucía, ni Andalucía es toda España y quizás por ello y porque “es la que más arriesga” se ha tomado su tiempo para dar el salto. Y es que el grueso del PSOE actual no es el de hace cinco años y esta y no otra ha sido la gran sorpresa que se han llevado muchos de los integrantes de la Gestora en cuyo portavoz, Mario Jiménez, todos ven “la larga sombra de Susana” y en su presidente, Javier Fernández, “un hombre intachable, querido por todos pero que se sabe de paso”. primarias del PSOE
La pugna va a ser encarnizada. La campaña no oficial está presidida por las suspicacias y las desconfianzas. El equipo próximo a Susana Díaz tiene la convicción de que “Pedro centrará buena parte de su campaña en criticar lo que hay, pero hay que esperar a que Susana entre en acción y el ritmo y tono de los acontecimientos serán distintos a lo que estamos viendo. La campaña va a ser dura, pero las reglas están marcadas”, recuerdan desde la Gestora, que quiere control y transparencia en la campaña. Patxi López y Susana Díaz se avienen a la disciplina marcada. Sánchez apoya la transparencia, pero no el control de sus donantes, situándose en este punto la primera y abierta discrepancia.
Los tiempos actuales nos demuestran que lo improbable, lo casi impensable se convierte en realidad. Muestra de ello es la derrota del presidente Santos cuando los ciudadanos colombianos rechazaron su plan de paz con las FARC y, más recientemente, el triunfo de Trump. Los socialistas velan armas y cualquier resultado en la pugna Sanchez-Díaz es posible. Gane quien gane, tiene por delante la ingente tarea de sacar al PSOE de la muy larga travesía de desierto en la que ya llevan demasiado tiempo acampados. primarias del PSOE
Quim Torra ha ordenado descolgar los lazos amarillos de los edificios públicos. El presidente de la Generalitat dispara para seguir haciendo ruido y se esconde tras el humo. Sánchez no da la cara y es el Poder Judicial el que defiende el Estado de derecho.