Hay jinetes de luz en la hora oscura
Charo Zarzalejos | 28 de marzo de 2018
Albert Rivera, con un toque de hombre de Estado, anunció en la mañana del lunes 26 de marzo el acuerdo con el PP para apoyar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2018. Explicó el líder de Ciudadanos los logros “arrancados” al Gobierno que han hecho posible el apoyo del partido naranja. Rivera es necesario pero no suficiente. Sin el PNV no hay cuentas públicas “y nosotros no somos como Ciudadanos. Si decimos que no, es que no y, mientras el 155 esté en vigor, nuestro no sigue siendo no”, indican fuentes parlamentarias nacionalistas.
Lo cierto es que, después de semanas de supuesta incertidumbre, Ciudadanos apoya las cuentas públicas. Esto lo tenía muy claro el PP desde hace mucho tiempo. Tanto en el Gobierno como en el grupo parlamentario auguraban lo ya confirmado. “Tan verdad es que nosotros necesitamos de apoyos como que Rivera necesita los Presupuestos para vender lo que denominan sus ‘logros’. Sabemos que se van a poner muchas medallas, pero España necesita Presupuestos y, si tenemos que pasar por tontos, incluso por malos, lo asumiremos”, confiesan en la dirección del Grupo Popular en el Congreso.
El acuerdo se ha vendido como un acuerdo “express”, pero lo cierto en que Fernando Martínez Maíllo, por el PP, y Manuel Villegas, por Ciudadanos, hace semanas que tenían cerrado lo que denominan “marco político”. Los números han ido por otro lado. Maíllo y Villegas ni siquiera en los momentos de máxima tensión entre ambos partidos han descuidado sus relaciones. No así Mariano Rajoy, que habla con Rivera lo justo. En las últimas horas, para confirmar que Ciudadanos apoya los PGE. Este apoyo de Ciudadanos no significa que la relación con el PP vaya sobre ruedas. El hecho de que Ciudadanos se presente como el gran “conseguidor” y ariete en la lucha contra la corrupción, sin evitar incluso duras críticas a Mariano Rajoy por su supuesta complacencia con los propios corruptos, es algo que en el PP cuesta digerir, pero ante la evidencia de su minoría mayoritaria y las propias circunstancias políticas del momento presente “que aconsejan mantener la serenidad a todos”, se ha optado en los últimos tiempos “por dejarles ir. Las encuestas no son urnas, son solo encuestas”. Ahora queda por ver el comportamiento final de Ciudadanos en la Comunidad Autónoma de Madrid, en donde el asunto del máster de Cristina Cifuentes ha abierto una crisis de envergadura en el PP.
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En el caso de los PGE para 2018, sin duda la decisión inducida de la senadora popular Pilar Barreiro de pasarse al grupo mixto hasta tanto el Supremo dicte sentencia sobre su supuesta implicación en el caso Púnica ha servido para allanar el terreno. En el PP, de ninguna de las maneras estaban dispuestos a expulsarla, máxime cuando la Fiscalía no encuentra motivo para el procesamiento. No la han expulsado. Se le ha pedido un paso atrás “para que vuelva en cuanto el Supremo confirme su inocencia. Hay que agradecerle lo que ha hecho y cómo lo ha hecho”, indican fuentes populares, que no ocultan su incomodidad con el comportamiento en general de quienes apoyaron la investidura. En esta incomodidad coinciden con el PSOE. “Quieren ser el niño en el bautizo, pero sin que les caiga agua, y el muerto en el entierro, pero sin entierro”, afirman los socialistas. Desde el PP se ha impuesto la “prudencia”. Demasiados frentes abiertos como “para encima estar a pelea diaria con Rivera, que es lo que quiere, un permanente cuerpo a cuerpo, y nosotros ya somos muy mayores”.
Rivera, con este acuerdo con el Gobierno, ha sacado pecho, pero a su vez ha puesto de manifiesto que sus 32 diputados arreglan muy poco y eso se admite en el PP, en donde todas las miradas están puestas en el PNV. Tienen asegurados los dos votos de Coalición Canaria y Nueva Canaria -“ellos no son problema”-, pero no los cinco imprescindibles de los nacionalistas vascos. Sus diputados admiten que las relaciones con el PP son buenas y que la relación entre Andoni Ortuzar, presidente del EBB (Ezker Batua-Berdeak), y el propio Rajoy “son muy buenas porque ninguno de los dos son pregoneros ni de sus acuerdos ni de sus desacuerdos. Con el Gobierno hemos sido muy sinceros y saben cómo están las cosas y saben que nuestra palabra va a misa: con el 155 en vigor no habrá acuerdo”.
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El líder de Ciudadanos no ve posible que el PNV vote en contra y, a falta de acontecimientos, es muy posible que, efectivamente, los nacionalistas vascos se mantengan, sobre todo con la deriva que ha tomado la situación catalana a raíz de la detención de Carles Puigdemont. “Rivera demuestra que conoce muy poco al PNV. Ellos son un partido sin ideología y de palabra cambiante, el PNV es un partido con ideología, principios y palabra”. Desde el EBB se ha declarado de manera tajante -y así lo recoge EFE- que “en la actual situación, la mejor manera de defender los intereses de Euskadi es no legitimar el artículo 155 con el apoyo a los PGE del Gobierno que lo aplicó”. Para el PNV, la situación actual es de “excepcionalidad” y Rivera, efectivamente, los conoce poco y mal.
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