Hay jinetes de luz en la hora oscura
Pedro González | 05 de junio de 2018
Cada vez más esquilmados, los caladeros del litoral español no dan siquiera para el consumo de pescado durante cinco meses anuales. Desde el pasado 26 de mayo, pues, los productos del mar que lleguen a las mesas españolas vendrán de aguas lejanas, situadas fuera de la Unión Europea (UE). Así lo pone de manifiesto el informe que elabora New Economics Foundation (NEF), la organización británica encargada de evaluar los niveles de autosuficiencia de pescado en el ámbito de la UE.
EU citizens are calling for an end to overfishing – our research shows that allowing stocks to recover could
— NEF (@NEF) April 16, 2018
make the fishing industry more profitable and sustainable ? https://t.co/5bVerAF83z
Con la llegada del verano se dispara el consumo de pescado en las costas españolas, tanto porque los españoles del interior acentúan su preferencia por el pescado supuestamente capturado en las aguas que bañan sus lugares de veraneo, como porque muchos de los visitantes extranjeros de Alemania, Francia y Gran Bretaña especialmente, descienden su dieta carnívora en favor del pescado.
España, tercer país de la UE en consumo per capita -42 kilos anuales-, tras Portugal y Lituania, es en volumen absoluto el mayor comprador de pescado de toda Europa, casi dos billones de kilos al año, y el segundo del mundo tras Japón. Madrid, pese a no tener puerto de mar, es la segunda lonja de venta de pescado al por mayor inmediatamente después de la de Tokio.
El informe de NEF resalta que, a pesar de los avances realizados en materia de gestión pesquera en la UE, el 41% de las poblaciones de peces evaluadas en el Atlántico siguen siendo objeto de sobrepesca. Una cifra que es ampliamente superada en el Mediterráneo, mar en el que el 93% de las especies que en él habitan sufren la insostenible presión de una desaforada sobrepesca.
A lo largo de los años, la UE, y muy particularmente España, ha podido mantener su elevado nivel de consumo debido al abastecimiento del mar de otras regiones del planeta, ya sea a través de las importaciones directas o de las capturas realizadas por la flota europea de aguas distantes. En consecuencia, España, que dispone de miles de kilómetros de costa y una de las mayores flotas del mundo, solo es autosuficiente en productos pesqueros procedentes de toda la UE tan solo durante menos de cinco meses al año. El resto del año ha de alimentarse de peces, moluscos y crustáceos procedentes de mares de países lejanos.
Sin embargo, si este 2018 la NEF ha fijado la fecha del 26 de mayo como el momento en que España pasa a depender del pescado capturado en aguas extracomunitarias, en 2016 la fecha fue el 9 de mayo, y el pasado 2017 el 10 de mayo. Cabe apreciar por tanto una leve mejoría en los niveles de sobreexplotación, que cabría achacar a un pequeño descenso en el consumo de pescado de los españoles. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación lo situó en un 4,4% en 2014 y un 2% en 2015, últimas estadísticas disponibles.
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Estas cifras quedan no obstante lejos de los objetivos fijados en la última reforma de la Política Pesquera Común (PPC) de la UE, cuya última reforma fijó en 2020 la fecha límite para alcanzar el objetivo de una pesca sostenible en aguas europeas, sin esquilmar a cambio mares lejanos también sobreexplotados.
Lydia Chaparro, ecóloga marina de la NEF, sostiene que el Atlántico nororiental es el más avanzado en la recuperación, y podría conseguir aumentar los niveles de autosuficiencia de pesca de la UE en casi tres meses (85 días), moviendo su día de dependencia conjunta, actualmente fijado para el 9 de julio, al 2 de octubre.
Por su parte, Eneko Aierbe, responsable de pesca de la organización Ecologistas en Acción, estima que “no se cumplirá la fecha límite legal de 2020 para una pesca sostenible si los responsables políticos no adoptan decisiones valientes que garanticen la restauración de las poblaciones de peces a niveles saludables”.
La NEF concluye su informe señalando que, lejos de suponer un descalabro económico para las industrias pesqueras, la adopción de medidas drásticas para recuperar las poblaciones de peces, ofrecerá a medio y largo plazo una mayor autosuficiencia en el abastecimiento de pescado, además de cuantiosos beneficios sociales, económicos y ambientales. Como en tantos otros sectores, la visión corta y el beneficio a toda costa de hoy puede derivar en hambre para mañana.