Newsletter

El Debate de hoy

Hay jinetes de luz en la hora oscura

  • Portada
  • Política
  • Internacional
  • Economía
  • Educación
  • Sociedad
  • Familia
  • Cultura
  • Historia
  • Ciencia
  • Tecnología
  • Enfoques
  • El Astrolabio
  • Entrevistas
  • Pódcast
  • Viñetas
  • Especiales
N
Nacional

De Ana Julia a Mbage . La extrema izquierda retuerce la verdad para poder inocular su odio

Carlos Cuesta | 20 de marzo de 2018

Nacional

Y Torra cogió su fusil… amarillo La inevitable refundación del centro-derecha La manifestación independentista o la demostración de la locura separatista El interrogatorio a Trapero evidencia el delito de sedición Cuando Trump encontró a Kim… y no pasó (casi) nada Franco enterrará a Sánchez: la inhumación en El Pardo es el enésimo engaño

La extrema izquierda retuerce la realidad para que cuadre con sus tesis enloquecidas. Sus partidarios creen haber sido tocados por la supremacía moral y su sectarismo les permite usar a colectivos con problemas. Su violencia y sus dictaduras están justificadas. 

El caso de Ana Julia Quezada, acusada de matar al niño de ocho años Gabriel Cruz. Y el caso de Mmame Mbage, el senegalés muerto el 15 de marzo por un infarto. Son tan solo dos capítulos más. Los últimos. De un nauseabundo ejemplo que, por desgracia, se va convirtiendo en habitual: el de cómo la extrema izquierda retuerce la realidad para que cuadre con sus tesis enloquecidas; para que su dogma irracional cuadre en las mentes de aquellos a los que inoculan su sectarismo. Aunque, fruto de ello, sea imposible reconocer la verdad tras sus versiones enfermizas.

En el primer caso, el de Ana Julia, las terminales mediáticas de la extrema izquierda no tardaron en asegurar que los dedos que la señalaban como posible culpable lo hacían porque era “mujer, inmigrante y negra”. Lo dijeron tras detenerla la Guardia Civil con el cuerpo de Gabriel desnudo y muerto en el maletero del coche que pretendía conducir para hacer desaparecer el cadáver. Lo dijeron sabiendo que la Guardia Civil la seguía como principal sospechosa.

Hoy, es ella directamente la que ha confesado su atrocidad. La que ha admitido que golpeó al niño en la cabeza con un hacha. Que previamente había diseñado y preparado una fosa para él en un lugar alejado y discreto. Que lo asfixió consciente de que le quería provocar la muerte. Y que acabó con la vida del menor con la total serenidad de quien cinco minutos después pasaba a posar en las cámaras de televisión simulando el dolor de la pérdida de un hijo.

La mentira sobre el caso Mbage

El segundo caso es el de Mmame Mbage, el senegalés muerto en el barrio de Lavapiés en Madrid. Las hordas podemitas que invaden la redes sociales lanzaron sin demora el mensaje de que había muerto por la persecución policial a los manteros. Que las cargas de la Policía y las persecuciones a las que supuestamente someten los agentes a los inmigrantes en situación ilegal habían acabado con la vida de Mbage a causa de la brutalidad de nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y al estrés que le había producido la carrera por escapar de los agentes.

La realidad es radicalmente opuesta. El ciudadano senegalés que falleció el pasado jueves en Lavapiés por un infarto padecía una cardiopatía congénita, tal y como ha revelado ya la autopsia oficial. Según el examen que se realizó a Mmame Mbage, su órgano vital se encontraba muy deteriorado y no correspondía al de un hombre de 35 años. Es más, los forenses han certificado que no se aprecia ningún golpe o traumatismo en el fallecido. O, lo que es lo mismo, que no había sufrido ninguna carga ni alteración por haber corrido perseguido por los agentes, versión que dirigentes podemitas trataron de hacer circular en las primeras horas y que ha dado lugar a numerosos episodios de violencia en el barrio madrileño de Lavapiés.

Los medios ante el caso Gabriel . ¡A por la audiencia! ¡Espectáculo! ¡Viva la hipocresía!

Porque lo cierto es que Mmame Mbage perdió la vida por un paro cardiaco cuando caminaba hacia su casa junto a un amigo, encontrándose ya mal en esos momentos, antes de desplomarse al suelo y comenzar a echar espuma por la boca.

Es más, lo cierto es que los episodios de supuestos apretones en el suelo que narraron los podemitas no eran sino los intentos de dos agentes de la Policía Municipal de reanimarlo mientras se desplazaban los médicos del Samur, con la triste desgracia de que no pudieron hacer nada por Mbage.

El comunismo ha dejado 100 millones de muertos

Pero eso es lo de menos. Porque si la realidad fuese un freno para estos radicales de extrema izquierda, haría décadas que habrían abandonado su credo y hubiesen admitido que solo una ideología ha sido capaz de dejar cien millones de muertos por el camino. La suya. El comunismo. 

Ellos prefirieron usar a los senegaleses para agitar las calles. Para decir que el fallecido era una víctima del “capitalismo”, del “estrés de vivir sin papeles”. Aunque con eso puedan provocar una tensión y tumultos de los que los peor parados acaben siendo los propios senegaleses.

Con estos mensajes reiterativos de odio contra los funcionarios @policiademadrid del @Madrid exigimos a @ManuelaCarmena que aparte a la concejala @rommyarce de inmediato .@ApmuPM no lo consentira y los juzgados hablarán.#CarmenaNOabandonespolicias@javierbarberog @anadsoler pic.twitter.com/C6ua814P3E

— APMU (@ApmuPM) March 17, 2018

Porque, según su visión dogmática y dictatorial, solo los que piensan como ellos son buenos. El resto son seres malos, incapaces de albergar buenos sentimientos y de realizar buenas acciones. El resto son -somos- simplemente entes generadores de “violencia estructural”, “opresores” que como tales deben ser tratados. 

Por eso su violencia y sus dictaduras siempre están justificadas. Por eso sus algaradas, sus palizas o enfrentamientos en las calles, sus patadas a los policías, sus insultos y golpes, por ejemplo, a una heladera embarazada de seis meses que quería trabajar un día de huelga -hechos que protagonizó Andrés Bódalo-, siempre están justificados: porque simplemente son, según su enfermiza visión, la respuesta proporcional de gente buena a un ataque previo producido por los opresores malvados, es decir, por aquellos que no piensan como ellos. Por el sistema.

La supremacía moral de la extrema izquierda

Por eso sus mentiras son bondadosas; y nuestras verdades, torticeras. Por eso sus golpes son justicieros; y la Policía, linchadora. Por eso su propaganda es correcta; y nuestro periodismo, manipulador. Por eso sus corrupciones son justificadas y necesarias; y las ajenas, antidemocráticas e insoportables. Porque ellos han sido tocados por la supremacía moral.

Por eso la autocrítica es cosa ajena a ellos. Por eso no evolucionan. Porque en ellos alberga un sectarismo tal que les permite llegar a usar a los colectivos con problemas y a envenenar los debates con mentiras.

Estos son solo algunos de los actos que ayer se sucedieron en las calles de #Lavapiés. Nuestros agentes velaron por el orden público y la seguridad de todos los ciudadanos. pic.twitter.com/OANjyGBEpD

— Policía Nacional (@policia) March 17, 2018

Y da lo mismo que se demuestre cincuenta veces que no tenían la más mínima razón. Da lo mismo que se demuestre matemáticamente que no es cierto que las pensiones se puedan subir lo que se quiera. Que es mentira que un país puede pagar rentas generalizadas por no trabajar y ser competitivo. Que es falso que se pueda crear empleo petrificando el mercado laboral, como piden sin cesar los sindicatos. Que es una aberración arrebatar a los padres la educación, para darle su control a esa nueva deidad que veneran llamada San Estado. O que no es cierto que se pueda distribuir riqueza generando pobreza y paro. Da lo mismo, porque la realidad no es un obstáculo para su sectarismo.

Imagen de portada: Protestas contra la actuación policial tras la muerte del senegalés Mmame Mbage, en la plaza Nelson Mandela del distrito madrileño de Lavapiés | Agencia EFE
podcasts

Newsletter

Te llevamos la información

Un original acercamiento a sus madrigales que no gustará a los puristas

podcasts

PODCAST

más
Política

Y Torra cogió su fusil… amarillo

Jorge del Corral

Quim Torra ha ordenado descolgar los lazos amarillos de los edificios públicos. El presidente de la Generalitat dispara para seguir haciendo ruido y se esconde tras el humo. Sánchez no da la cara y es el Poder Judicial el que defiende el Estado de derecho.

Política

La inevitable refundación del centro-derecha La manifestación independentista o la demostración de la locura separatista El interrogatorio a Trapero evidencia el delito de sedición Cuando Trump encontró a Kim… y no pasó (casi) nada Franco enterrará a Sánchez: la inhumación en El Pardo es el enésimo engaño

El Debate de hoy

  • Quiénes somos
  • cookies
  • aviso legal
  • política privacidad rrss
  • suscríbete
© 2021 El Debate de Hoy
El sitio web utiliza cookies propias y de terceros para recopilar información que ayuda a optimizar su visita a sus páginas web. No se utilizarán las cookies para recoger información de carácter personal. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso.
Encontrará más información en nuestra Política de Cookies.