Hay jinetes de luz en la hora oscura
Jorge del Corral | 08 de marzo de 2017
Muy mal tiene que estar la Prensa en España para que una docena de periodistas jóvenes haya pedido amparo a la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) por el acoso que sufre desde Podemos en su quehacer informativo con esta formación política.
Es lógico que hayan acudido a la asociación que los representa para solicitar cobijo ante tanta saña y persecución, pero resulta extraño que sus empresas, los medios para los que trabajan en precario y con salarios indignos, no hayan sido las primeras en defenderlos públicamente y denunciar la situación. Y resulta tanto más sospechoso por cuanto que la práctica totalidad de los amparados trabajan en medios de comunicación de ideología de izquierda, centro izquierda o condescendientes con el separatismo. Es aquí donde más se han cebado las amenazas de los cercanos a Pablo Iglesias, porque les han querido decir, les quieren decir, que ellos y sus medios deben ser ciegos seguidores y defensores de él, de sus actos y de sus pensamientos.
La libertad de prensa y de información es la piedra angular en la existencia de una sociedad democrática, parte consustancial y básica. Es un todo que no admite partes
Este acoso a jóvenes periodistas, la mayoría en su primer empleo, evidencia otra característica de la debilidad de la prensa en España: la expulsión de las Redacciones de periodistas veteranos, con sueldos apropiados y capaces de afrontar por sí mismos los acosos y triquiñuelas de los poderes políticos y económicos. Las Redacciones actuales están pobladas, salvo honrosas excepciones, por chicos y chicas muy jóvenes, sin experiencia previa ni formación suficiente para abordar un cometido informativo que antes era de veteranos. Ni siquiera tienen el ancla que antaño suponía la mezcla de curtidos y benjamines en las Redacciones, en donde los primeros lidiaban con las informaciones más complejas y eran refractarios a presiones y lisonjas y los segundos se pasaban sus primeros años en la Redacción subrayando teletipos y aprendiendo de sus mayores. Ahora el más barbilampiño hace editoriales, cubre informaciones parlamentarias y de gobierno y, cuando llega fin de mes, cobra un estipendio con el que a duras penas encara sus necesidades básicas.
Es de esta situación de la que se vale Podemos y otros podemos que habitan el país para sacar ventaja y amputar la libertad de prensa en España y en otros países. Son los mismos que, ante la disyuntiva de Thomas Jefferson, prefieren un gobierno sin prensa que una prensa sin gobierno. Son los mismos que no quieren que la prensa sea un contrapoder de la sociedad civil frente al poder legítimamente constituido. Son los mismos que en Venezuela, Turquía y Rusia persiguen, encarcelan y asesinan a periodistas. Son los mismos que en Polonia y Hungría trabajan para poner bozal y ronzal a la prensa porque saben que, con unos medios de comunicación libres e independientes, sus sucios propósitos no podrán realizarse. Son los mismos que en China, Cuba y Corea del Norte controlan internet y no permiten medios de comunicación libres, porque el día que no se opongan el poder volverá al pueblo y se acabarán los tiranos y plutócratas.
Por eso, la docena de jóvenes periodistas amparados por la APM, y la propia APM, han hecho un inmenso favor a la libertad de prensa en España con este aldabonazo, denunciando las prácticas del equipo directivo de Podemos, sacándolas a la luz y exigiendo que “deje de una vez por todas la campaña sistemática de acoso personal y en redes que viene llevando a cabo contra profesionales de distintos medios, a los que amedrenta y amenaza cuando está en desacuerdo con sus informaciones”.
Los periodistas y los medios de comunicación deben estar alerta ante estos intentos de cercenar la libertad de prensa en beneficio de un supuesto bien mayor, como la independencia de una parte de España (Cataluña y TV3) o la promesa de una sociedad más justa, solidaria, idílica, libre de mal y con soluciones sencillas para los problemas complejos de nuestras sociedades (Podemos y los demás populismos).
Los periodistas amparados por la APM, y la propia APM, han hecho un inmenso favor a la libertad de prensa en España con este aldabonazo denunciando las prácticas del equipo directivo de Podemos
Libertad de prensa, libertad y democracia son conceptos inseparables que hunden sus raíces en la Declaración de Virginia de 1776, en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Y en España, en la libertad de imprenta de 1810, consagrada después como libertad de prensa por las Cortes de Cádiz en la Constitución de 1812.
En consecuencia, la libertad de prensa y de información es la piedra angular en la existencia de una sociedad democrática, parte consustancial y básica. Es un todo que no admite partes y, como tal, está protegida en nuestra Constitución como uno de los derechos fundamentales de los españoles. Ni un paso atrás en su defensa, ni una condescendía, ni una flaqueza ante quienes saben, como Podemos, que sus propósitos totalitarios son imposibles mientras exista una prensa libre y unos ciudadanos bien informados.
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