Hay jinetes de luz en la hora oscura
David Vicente Casado | 16 de febrero de 2017
María Dolores de Cospedal seguirá caminando al lado de Mariano Rajoy otros cuatro años más. Asumió el cargo en el año 2008 en el congreso celebrado en Valencia, tras dos derrotas electorales consecutivas y con parte de la militancia cuestionando el liderazgo del presidente popular.
Tres años después, el PP logró sendas victorias electorales, las municipales y autonómicas, y las generales, que permitieron a Rajoy instalarse en la Moncloa. Precisamente en esas elecciones autonómicas, ella arrebató el bastón de mando al PSOE castellano manchego. Los 25 escaños conseguidos la convirtieron en la primera Presidenta de Castilla-La Mancha tras 28 años de gobiernos socialistas.
En casi nueve años como número dos de los populares, su figura ha copado varias fases: ácidas victorias, como la que no le sirvió para revalidar su gobierno el Castilla-La Mancha por un sólo escaño, y una presión añadida por los casos de corrupción que se instalaron en la sede central de los populares, y que le llevaron incluso a enfrentarse personalmente en los tribunales con el extesorero Luis Bárcenas, quien fue condenado a indemnizarle con 50.000 euros. Eso añadido a dos convocatorias electorales en las que tras una victoria por mayoría simple, el PP ha perdido algo más de tres millones de votos.
Cospedal se comportó como una dama de hierro con guante de seda al enfrentar un problema que se había enquistado, y con ello logró reforzar su liderazgo de cara al congreso de su partido
Precisamente fueron para la corrupción varias de las frases de su discurso de balance de los últimos años el pasado fin de semana durante el 18º Congreso de su partido. Cospedal admitió que el PP no fue “ágil”, y, en algún caso “tardó en reaccionar”. «Hemos tenido momentos difíciles, de los peores, en los que ha habido que apretar los dientes y recordar muy firmemente nuestras convicciones».
Esas convicciones le hicieron dar un paso al frente y asumir que el Ministerio de Defensa fue responsable del accidente del Yak 42 con lo que se ganó el aplauso de los familiares de las víctimas que esperaban esas palabras desde hacía 18 años. Cospedal se comportó como una dama de hierro con guante de seda al enfrentar un problema que se había enquistado, y con ello logró reforzar su liderazgo de cara al congreso de su partido. Es una mujer que no se esconde y ha logrado que se le reconozca que ejerce sus cargos de forma activa.
Es evidente que Rajoy lo sabe : “En esta vida se cambia lo que no funciona, lo que funciona no”, afirmó en el congreso popular. No hablaba sólo de él.
Quim Torra ha ordenado descolgar los lazos amarillos de los edificios públicos. El presidente de la Generalitat dispara para seguir haciendo ruido y se esconde tras el humo. Sánchez no da la cara y es el Poder Judicial el que defiende el Estado de derecho.