Hay jinetes de luz en la hora oscura
Fernando Bonete | 28 de noviembre de 2020
El mejor jazz del último mes, con Nels Cline Singers, Uffe Steen, Mikkel Ploug, y los álbumes debut del Brian Andres Trio y el Uptown Jazz Tentet.
La ecléctica trayectoria del guitarrista norteamericano Nels Cline, con aportaciones a géneros muy diversos -el rock, el country, la psicodelia, la música experimental, y otros que ni siquiera tendrán nombre- pide prudencia cuando se trata de incluirlo en una lista de jazz. Para levantar más sospechas, en Share The Wealth se ha hecho acompañar del saxo punk Eric «Skerik» Walton. Sin embargo, un sello incontrovertible produce el cedé: Blue Note Records.
Es jazz. Es jazz y un millón de cosas más, pero jazz al fin y al cabo. Hay mucho del Miles Davis de los ochenta, y otro poco del Pat Metheny de aquel entonces -casi de la misma quinta que Nels Cline-. Pero la irreverencia estudiada, el caos orquestado, el barullo armonioso, son marca de la casa. Un oxímoron constante.
Para una mayoría de aficionados al «jazz serio», el latin es sinónimo de easy-listening, música ambiente y segundo plano. He aquí un álbum que esos mismos oyentes entenderán como «la excepción que confirma la regla», pero que para el resto es expresión y fruto de toda la riqueza de la fusión del jazz con otros géneros.
El baterista Brian Andres, el pianista Christian Tumalan y el bajista Aaron Germain ponen todo su virtuosismo al servicio de los ritmos latinos que les obsesionan y a los que han dedicado desde otras formaciones buena parte de su carrera musical. El resultado, Mayan Suite, es un álbum debut que complejiza todo lo que parecía sencillo. La salsa, el mambo, la cumbia, la samba, la bossa nova, en composiciones originales y arreglos, adquieren niveles interpretativos desorbitados y una sonoridad rayana en la perfección, ya sea con la potencia de Viento solar y Got a Match? -soberbia versión del original de Chick Corea- o el recogimiento de Si tu ves.
Según el número de instrumentos o voces de una agrupación, distinguimos entre dúos, tríos, cuartetos, quintetos, sextetos, septetos, octetos. Los nonetos ya son más raros, pero vale. ¿Y qué pasa si son diez? En esta agrupación neoyorkina son pocos para ser una big band moderna, muchos para caber en las denominaciones habituales. Son diez y han decidido ponerse tentet, o «tenteto», si quieren -en la Fundéu me dicen que lo más correcto es «decateto»-.
Pese a lo extraño del término, lo cierto es que tiene todo el sentido si atendemos a su álbum debut, Whats’s Next. Ninguno de los diez destaca sobre los demás. Esto los convierte en un verdadero grupo de cámara. Pero al mismo tiempo que Uptown Jazz Tentet brilla como agrupación, la calidad interpretativa individual de sus músicos es tal que no podríamos reducirlos al anonimato que implican las grandes bandas de jazz.
Por lo demás, What’s Next es el tipo de álbum que todos queremos escuchar una vez al mes: un nutrido conjunto de músicos tocando en perfecta sincronización, temas dotados del vigor sonoro de las grandes instrumentaciones, y sorpresas musicales, las justas.
Al margen de la triple traca inicial, con truenos funky (A Call From The Sixties), fuegos reggae (Reggaedit) y la inclasificable Walkon, este cedé es puro smooth jazz. Una colección de baladas de inmejorable factura para mecerse, desconectar… simplemente disfrutar. Un lujo sonoro liderado por la experimentada guitarra eléctrica del danés Uffe Steen; el trío lo completan sus compatriotas Thomas Sejthen al bajo y Jasper Bo Knudsen a la batería.
Durante el confinamiento, Mikkel Ploug abrió las ventanas de su casa, se sacó una silla y su guitarra al balcón, y se puso a tocar para amenizar la tarde-noche danesa. ¡Quién viviera en Dinamarca y quién fuera su vecino! Durante 28 días consecutivos, a partir de las 18:15 se pudieron escuchar, en directo y en manos de un maestro, canciones danesas tradicionales, estándares, covers de los ochenta y noventa, y más de una creación propia.
Estas mismas improvisaciones Ploug se las llevó al estudio de grabación al levantarse las restricciones, y ahora las podemos disfrutar en su versión final en Balcony Lullabies («nanas de balcón»), un álbum en solitario que explota toda la belleza de la sencillez, la intimidad y la quietud que es capaz de transmitir la música.
El mejor jazz de este mes, con nuevos lanzamientos de tres guitarristas de nivel, incluyendo a Robby Krieger, ex de The Doors. Completa las recomendaciones el relanzamiento de 49th Parallel, con Woody Shaw y Joe Henderson.
El mejor jazz de este mes, con un perfecto JD Allen, la apuesta expresionista de Billy Childs y la obnubilante espiritualidad de Ryan Cohan. Completan las recomendaciones el contrabajista František Uhlíř y el cantante Gregory Porter.