Hay jinetes de luz en la hora oscura
José Antonio Piñero | 13 de febrero de 2021
Ha nacido un gigante y nadie puede decir que no lo vio venir porque solo se oye. Una app de audio donde solo puedes entrar si estas invitado y tienes un iPhone. La voz como única poderosa herramienta.
Si me hubieran dado un euro cada vez que he oído que el final de la radio estaba cerca no sería millonario, pero habría tapado algún que otro agujero. Este mal fario tiene hasta banda sonora: «Video killed the radio star» (The Buggles, 1978), canción con la que debutó la MTV hace 40 años. Hoy la estrella de la radio sigue brillando como entonces y el canal de vídeos musicales… apenas emite vídeos musicales. Los Jinetes del Apocalipsis vaticinan ahora que la app de audio Clubhouse acabará con la radio convencional. Si ni siquiera sabes lo que es, razón de más para pensar que el final no está tan cerca.
La novedad, la apuesta de Clubhouse, es la inmediatez. Son conversaciones en tiempo real. Sin opción a escribir ni llenar la pantalla de emoticonos ni hashtags
Como quizá por el nombre no te diga nada, vamos paso a paso. Clubhouse es una app que ha nacido con la pandemia y se está viendo alimentada por la de horas que estamos en casa por culpa del coronavirus. Una app de audio, solo sonido. Cuando consigues entrar (que la cosa tiene su miga, ahora voy), solo encuentras conversaciones. Chats. Peña hablando repartida en rooms (desde ahora, salas). Lo que los periodistas hemos llamado corrillos de toda la vida. Lo que nuestros antepasados practicaban en los mentideros. Cómo se nota que estamos echando de menos las barras de los bares abiertas.
Como en todo club que se precie, no puedes entrar alegremente, aunque aquí no haya ni gorila ni puerta, sino que tienes que estar invitado. Es un modelo de ¿negocio? interesante porque así tienes un cierto control del crecimiento. Una vez dentro, puedes completar tu perfil a placer, indicando temas preferentes, aunque no es un requisito imprescindible. Lo más interesante, como en toda red social, es compartir tus contactos con la máquina para que busque a tu gente. Si están participando en alguna conversación serán los primeros en aparecer en pantalla. Cada sala puede acoger a 5.000 usuarios como tope, que se pueden limitar a oír la charla o participar «levantando la mano». El moderador decide si un oyente ajeno al chat puede intervenir. Si tus contactos no están participando en ninguna conversación, el algoritmo de Clubhouse te irá proponiendo charlas que están teniendo lugar en otra parte del mundo. A última hora del día siempre oigo a amigos, prime time, pero por la mañana sólo veo salas de Estados Unidos y Japón. Qué cosas.
Después de unas primeras versiones en pruebas a finales de marzo de 2020, la que ahora conocemos se publicó en abril y solo para móviles de Apple. Si no tienes un iPhone puedes seguir leyendo este artículo, pero a saber cuándo podrás jugar (en un par de meses, dicen). No olvides que es un club y parece ser que tener un iPhone es lo VIP en Silicon Valley, ya ves tú. Según datos de la consultora de tecnología IDC, los dispositivos Android representan más del 85% del mercado de móviles. Aunque a simple vista no parezca una buena estrategia discriminar a la inmensa mayoría de oyentes potenciales, son los usuarios de Android los que manifiestan estar deseando poder entrar en esta gran plaza. Con el reparto de invitaciones para clientes iPhone, Clubhouse ya ha alcanzado el millón de usuarios y su valor se ha disparado en bolsa: ya supera los mil millones de dólares.
Clubhouse es la suma de las aplicaciones que más funcionan en la red. La fiesta va por países, pero WhatsApp y Messenger (Facebook, al fin y al cabo) son las apps de mensajería más populares en todo el mundo y el uso de notas de audio es habitual. El sonido ha funcionado en las redes sociales porque no siempre podemos estar atentos a la pantalla del móvil y oh, sorpresa, porque lo que tenemos entre manos es un teléfono, con su auricular y su altavoz de toda la vida. La novedad, la apuesta de Clubhouse, es la inmediatez. Son conversaciones en tiempo real. Las notas de voz en particular y los pódcast en general son archivos y su consumo es en diferido (inmediato, sí, pero en diferido). Pero lo que más me ha gustado de Clubhouse es el estilo, que tenga un lenguaje propio: la palabra. Sin más. Sin opción a escribir ni llenar la pantalla de emoticonos ni hashtags. La voz como única poderosa herramienta. Pero nada de esto supone, en mi humilde opinión, una amenaza para el medio radiofónico, sino un paralelismo. Bienvenidos a la conversación, bendita multiplicidad de canales.
A medida que hemos ido doblegando la curva de contagios, la de usuarios de Clubhouse se ha disparado como si fuera la cara norte del Everest. Y cuando entren los dispositivos Android al ruedo nos vamos a encontrar con una explosión controlada de oyentes. Me cuesta escribir ‘nuevos oyentes’ porque creo que los consumidores de productos sonoros ya están ahí, pero si hay un buen número de adolescentes que entran en la radio y los pódcast porque se enganchan primero a Clubhouse, que pasen y oigan. Pero, a diferencia de otras plataformas de éxito como TikTok o Twitch, los más jóvenes no parecen estar detrás del pelotazo inicial. Las charlas que han puesto a Clubhouse en el mapa llevan la firma de la periodista Oprah Winfrey, los actores Aston Kutcher y Jared Leto, o el magnate Elon Musk. Todos de reconocido prestigio (y todos por encima de los 40 años… y más allá).
Si hay un buen número de adolescentes que entran en la radio y los pódcast porque se enganchan primero a Clubhouse, que pasen y oigan
He aquí el nuevo ingenio sonoro. Como la cosa funciona, Facebook y Twitter ya han anunciado que están trabajando en su propio Clubhouse. Como es un foro abierto en el que uno se expresa libremente, China ya lo ha censurado en su territorio. Ha nacido un gigante y nadie puede decir que no lo vio venir porque solo se oye. Está por ver hasta dónde llega el eco.
El sistema más popular de mensajería es peor que Telegram, pero llegó primero. El usuario ha asumido sus carencias con tal de no cambiar de hábitos.
La irrupción de Twitch ha hecho que varios clubes y ligas mundiales lo hayan visto como la mejor manera de llegar a un público más joven. El streamer Ibai Llanos es la cara más reconocible de esta plataforma que asegura 1,5 millones de usuarios diarios.