Hay jinetes de luz en la hora oscura
Juan Milián Querol | 07 de abril de 2021
La democracia y la libertad necesitan una ecología moral que las sustente; algo que se desvanece bajo los pies de los Sánchez y Puigdemont.
Acción: Jaume Alonso Cuevillas propone una «confrontación inteligente». Reacción: Junts per Catalunya (JxCat) fulmina a Jaume Alonso Cuevillas de la Mesa del Parlament. El adjetivo ‘inteligente’ es inaceptable; es una línea roja para el partido de los bravehearts estelados. ¿Cómo se le ocurrió al abogado de Carles Puigdemont retar así a sus colegas de grupo parlamentario? El nacionalismo es la muerte de la inteligencia.
En el actual estado fanático y reconcentrado del procés, los seguidores del iluminado de Waterloo están tan henchidos de superioridad moral que cualquier matización es considerada automáticamente una alta traición. ¿Inteligencia? ¡Fulminado! Jaume, la próxima vez obedece más y piensa menos, porque JxCat va precisamente de esto, de pensar menos. Es un movimiento esencialmente sentimental. Aprende de quien te va a sustituir, de Aurora Madaula. Miembro del Consell per la República -ente creado para financiar la mansión y la vidorra de Puigdemont-, Madaula es puro sentimiento. La semana pasada arremetió contra Salvador Illa, porque este había pronunciado algunas palabras en español. Esta rareza en un político del PSC le produjo a la susodicha «vergüenza y rabia». El exabrupto étnico tiene premio. Sale Cuevillas. Entra Madaula. Inteligencia purgada.
La revolución de las sonrisas se ha convertido en la parálisis de los fanáticos. Al basar toda su acción política en la confrontación y el narcisismo de la pequeña diferencia, ha llegado el momento en el que no se soportan ni ellos mismos. Es un odio paralizante. Hay lechugas con más ambición reformista que la demostrada por Joaquim Torra, pero la modorra de Pere Aragonés no le va a la zaga. Cataluña está políticamente estancada desde hace años. El actual Govern lleva más de seis meses en funciones, como si nada estuviera ocurriendo fuera del palacio. Sin embargo, el mundo ni nos mira, ni nos espera. «Tenemos prisa», decían hace ya más de una década, pero ahí está el Parlament, letárgico, incapaz de formar Gobierno porque los partidos independentistas han sido engullidos por el magma de emociones negativas que ellos mismos generaron.
El voto no es gratis. La Comunidad de Madrid ha adelantado a toda velocidad a la Cataluña ensimismada. No solo nos supera en lo económico, también en lo cultural y en cualquier indicador de civilización. Ya juegan en otra liga. Pronto Aragón superará también la renta per cápita catalana. La soberbia nacionalista se hunde en el fango de la ineptitud, porque Cataluña ha empezado a perder posiciones cuando más competencias ha tenido la Generalitat. De alguna manera, el secesionismo se ha empeñado en demostrarnos que el autogobierno es una mala idea. Ha malversado la autonomía a base de utilizar su poder, no para mejorar la vida de todos los catalanes, sino para hacérsela imposible a la mitad de ellos.
El procés catalán no ha acercado a los catalanes a la independencia, pero sí ha introducido elementos para una profunda decadencia. La lógica del conflicto perpetuo solo ha provocado una inestabilidad política permanente. Las legislaturas se queman a tal velocidad que ya no sabemos qué es vivir fuera de una campaña electoral. Y lo peor es que el Gobierno de la nación ha copiado el método procesista. Todo es propaganda. Golpes de efecto. Jugadas maestras. Y mala gestión. También se mofan de la separación de poderes y despilfarran el dinero público en redes clientelares. Hace 10 años, la Generalitat salió al rescate de la aerolínea Spanair. Poco después, quebraba. Hoy el Gobierno español riega de millones a la pequeña y sospechosa Plus Ultra. Es el populismo de amiguetes.
Demasiados paralelismos. De hecho, las purgas del sanchismo han sido infinitamente peores que las del nacionalismo catalán. El actual ministro de Interior cesó al coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos por negarse a filtrarle información de manera ilegal. Fue purgado por cumplir la ley. La Audiencia Nacional acaba de declarar ilegal el cese, pero el ministro no dimite. También hubo purgas en la Policía Nacional. El jefe del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de este cuerpo policial, José Antonio Nieto González, había advertido el 24 de enero de 2020 de la necesidad de adquirir guantes y mascarillas para los agentes en los controles de frontera.
El Gobierno de Sánchez cesó a un guardia civil por negarse a incumplir la ley y a un policía nacional por decir la verdad. Este PSOE está más cerca de Waterloo que de la Constitución
También advirtió del peligro de las aglomeraciones ante una pandemia en ciernes. Fulminado. Así, el Gobierno de Sánchez cesó a un guardia civil por negarse a incumplir la ley y a un policía nacional por decir la verdad. Este PSOE está más cerca de Waterloo que de la Constitución.
Los populismos se unen, pues, contra la inteligencia, la verdad y el marco de convivencia. El sugerente pensador Rob Riemen reflexiona sobre la pérdida de la nobleza de espíritu y se pregunta: «¿Qué futuro les espera a la democracia y a la libertad política cuando la gente se olvida de la esencia de la libertad, ya no reflexiona y, en lugar de obedecer a la razón, se deja guiar por la superstición, las emociones, la angustia, los deseos y la esclavitud?». Más allá de las Constituciones y las leyes, la democracia y la libertad necesitan una ecología moral que las sustente; algo que se desvanece bajo los pies de los Sánchez y Puigdemont.
En Madrid hay tanta libertad que, quienes quieran un procés madrileño, a partir del próximo 4 de mayo tendrán la oportunidad de conseguirlo con un candidato ideal: Pablo Iglesias.
Los tres grandes grupos políticos europeos (populares, socialistas y liberales) han votado a favor de retirar la inmunidad de Carles Puigdemont y Cía. Pero ¿cuáles son los siguientes pasos?