Hay jinetes de luz en la hora oscura
Carlos de Urquijo | 05 de abril de 2021
Las víctimas de ETA fueron asesinadas para imponer un proyecto político totalitario nacionalista y nuestra obligación es recordarlo para evitar que se falsifique la historia.
Hace 14 años, la inquietud y la preocupación de la familia Gómez-Pineda Fagalde por el futuro de España puso en marcha la Fundación Villacisneros, con el objetivo de ayudar a construir una sociedad más comprometida con su nación. Uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta su actividad se recoge al inicio de sus estatutos, cuando entre sus fines señala: «Defender, apoyar y sensibilizar a la sociedad sobre la memoria, la dignidad y la justicia en relación con las víctimas del terrorismo».
Este es, por tanto, el objeto de nuestro proyecto «Dignidad»: contribuir a que las víctimas del terrorismo no queden desatendidas y marginadas en su demanda de Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia.
El final del terrorismo de ETA, que no el de su proyecto político, y la disolución de la banda, en 2018, han logrado que para muchos españoles las víctimas del terrorismo y su significado político pasen a un segundo plano. Obviamente, no es nuestro caso y de ahí nuestro empeño por evitar que se haga tabla rasa del pasado. Las víctimas de ETA fueron asesinadas para imponer un proyecto político totalitario nacionalista y nuestra obligación es recordarlo para evitar que se falsifique la historia, se adjudiquen culpas indebidas sobre lo ocurrido y se abra paso la impunidad.
Por estas razones, dentro del proyecto «Dignidad» actuamos en ámbitos que consideramos cruciales para lograr los objetivos señalados, distribuidos en cuatro marcos, que son los siguientes: jurídico, literario, audiovisual y educativo.
En el marco jurídico, trabajamos para combatir la legitimación social de la banda y sus testaferros políticos o, lo que es lo mismo, el blanqueamiento de su proyecto político, que actualmente se está llevando a cabo en las distintas instituciones. Intentamos también ayudar a terminar con la impunidad de los más de 350 asesinatos de la banda terrorista que aún no tienen autor conocido. Para ello, ofrecemos ayuda legal a los familiares de las víctimas, al objeto de conseguir la reapertura de los sumarios y lograr que los autores materiales de estos crímenes sean identificados y condenados. Igualmente, denunciamos ante la Justicia todos los actos de homenaje y enaltecimiento a terroristas de los que tenemos conocimiento.
A través del marco literario, aspiramos a dejar constancia del testimonio de las víctimas, pero también a descubrir a los responsables de tantos años de terrorismo y, por supuesto, a quienes directa o indirectamente se beneficiaron de su práctica, que también los hubo. En este sentido, hemos publicado libros como Cuando la maldad golpea o Nuevos retos y perspectivas en la protección legal a las víctimas del terrorismo en España y, más recientemente, ETA: 50 años de terrorismo nacionalista. En este último, varios autores y desde diversas perspectivas evidencian qué fue ETA, cuáles sus objetivos, quiénes los ayudaron y quiénes fueron cómplices con su inacción.
Desde el marco audiovisual, colaboramos en proyectos que cuenten la verdad de lo ocurrido y desenmascaren la historia oficial que el nacionalismo quiere imponer. Esa que dice que matar estuvo mal, pero fue consecuencia de un conflicto centenario que no permitió otra salida a los «patriotas descarriados». En este sentido, hemos participado en la producción de los documentales de Iñaki Arteta Contra la impunidad y Bajo el silencio. También, en colaboración con Academia Play, hemos recordado a las víctimas del terrorismo con la edición de un vídeo para las redes sociales. Desde la fundación, hemos realizado también tres vídeos sobre la historia del País Vasco para salir al paso de las mentiras y los mitos utilizados por el nacionalismo para justificar su proyecto político excluyente.
Por último, a través del marco educativo, queremos llegar a los más jóvenes. El desconocimiento entre las nuevas generaciones del daño causado por el terrorismo es absoluto. La información que llega a los colegios en toda España es escasísima y, en el País Vasco y Navarra, desgraciadamente, tamizada torticeramente por el nacionalismo gobernante. En este sentido, hemos ofrecido a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid nuestra disposición a participar con testimonios directos en las aulas, del mismo modo que lo hace la Fundación de Víctimas del Terrorismo. Asimismo, hemos puesto a su disposición los libros y vídeos que hemos editado para que sean incorporados a la plataforma «Madrid educa», de manera que puedan ser utilizados como material de consulta en la unidad didáctica Memoria y prevención del terrorismo.
En definitiva, este es, en líneas generales, el contenido del proyecto «Dignidad». Un proyecto ambicioso que necesita del apoyo de todos los que compartan sus objetivos para llegar a buen puerto. Como ven, el trabajo es ingente y nos encantaría poder contar con el apoyo de todos aquellos que los compartan. Ojalá estas líneas sirvan para lograrlo y consigamos así que las víctimas del terrorismo obtengan el reconocimiento que merecen y que todavía la sociedad española les adeuda.
La diputada del PP, cuyo hermano fue asesinado por ETA, reprochó desde su escaño a Pedro Sánchez que el PSOE acepte el apoyo de Bildu.