Hay jinetes de luz en la hora oscura
David Vicente Casado | 30 de septiembre de 2020
La directora del Instituto CEU de Estudios de la Familia asegura que «es una actitud indigna el tramitar una ley de eutanasia cuando no se preocupan por asistir al enfermo».
Carmen Fernández de la Cigoña es una de las más de 100 personalidades de la esfera pública española que han firmado el manifiesto de la Plataforma de Los 7000 en contra de la ley de eutanasia que el Gobierno quiere aprobar.
Pregunta: ¿Cómo se ha conseguido aunar las firmas de personas tan diversas y tan importantes?
Respuesta: Han confluido distintos factores. Sin duda, el trabajo de muchos que se han movilizado, de manera asociativa y personalmente, para buscar el sentir de la sociedad española ante la tramitación de una ley de eutanasia que se ha excluido del debate científico, del debate social y del sentido del valor y del cuidado de la vida que está presente en la sociedad española. Por eso el que haya personalidades tan diversas.
Pero, además, se quiere tramitar en un momento en que esta sociedad sufre el duelo de la pérdida de tantos por la tragedia de la COVID. Ningún momento es bueno para la legalización de la eutanasia, pero aún menos cuando estamos inmersos en el dolor de haber perdido a tantos de nuestros padres y abuelos. En muchos casos sin haber podido estar con ellos, acompañándolos y cuidándolos.
Creo que es un magnífico ejemplo de cómo los temas esenciales, en los que nos jugamos tanto, son capaces de unir, superando las distintas perspectivas.
Creo que hay algo que sí se ha hecho mal. Dar por bueno que lo que nos cuentan, nos dicen o nos imponen determinados ideólogos y sus voceros no tiene contestaciónCarmen Fernández de la Cigoña, Directora del Instituto CEU de Estudios de la Familia
Pregunta: ¿Qué se ha hecho mal para que un tema tan importante como la vida y la defensa de la vida se haya politizado y se haya polarizado en dos bandos?
Respuesta: Creo que más bien está el interés de algunos por politizarlo, pero no deja de ser una manipulación. La defensa de la vida, y la del que se encuentra en una posición más débil, no es una cuestión de ideología. Es una cuestión de humanidad en el más pleno sentido del término. Buena muestra de ello es la firma de este manifiesto por personas de sensibilidades y adscripciones políticas muy distintas.
Sin embargo, creo que hay algo que sí se ha hecho mal. Dar por bueno que lo que nos cuentan, nos dicen o nos imponen determinados ideólogos y sus voceros no tiene contestación. No nos pueden decir lo que tenemos que pensar, lo que tenemos que sentir y lo que tenemos que hacer. Pero es lo que se ha pretendido, intentando ocultar la preocupación y el cuidado que los españoles queremos dar a nuestros mayores. Por eso se ha hurtado del debate.
La batalla cultural se da en muchos ámbitos, también en este. Porque refleja una forma de vida, unos valores en los que la vida del hombre es un bien básico. La manipulación pretende ocultar el hecho de que la sociedad quiere cuidar la vida y esta ley quiere acabar con ella. Y para ello quieren alentar el enfrentamiento y la hostilidad, en vez de buscar soluciones. Eliminar al enfermo no es solucionar el problema.
Los cuidados paliativos atienden al enfermo, reducen o eliminan el dolor, se preocupan por su estado anímico y buscan el acompañamiento espiritual de todos los que los solicitanCarmen Fernández de la Cigoña, Directora del Instituto CEU de Estudios de la Familia
Pregunta: ¿Qué significan para usted los cuidados paliativos?
Respuesta: Los cuidados paliativos son sin duda una gran parte de la solución. Estos cuidados paliativos -que no llegan en España ni a la mitad de los enfermos que los necesitan- atienden al enfermo de manera integral. Reducen o eliminan el dolor, se preocupan por su estado anímico, buscan el acompañamiento espiritual de todos los que los solicitan, atienden a sus familias y las acompañan también, velan por sus distintas necesidades. En definitiva, buscan eliminar el sufrimiento, respondiendo a la propia vocación médica.
En España tenemos unos magníficos paliativistas que no pueden llegar a todas las personas y las situaciones en las que su actuación es esencial.
Es una actitud indigna el tramitar una ley de eutanasia cuando no se preocupan por asistir al enfermo. Es una manipulación que el planteamiento sea la elección entre morir entre sufrimientos o morir a manos del médico. No es verdad que esto sea así.
La alternativa es procurar los cuidados a las personas que lo necesitan y que todos queremos recibir. La alternativa es cuidar, no matar. Y esto requiere una inversión por parte de los responsables de la sanidad española para que esos cuidados lleguen a todos. A lo mejor debíamos buscar ahí el problema. Y a lo mejor eso retrata a los promotores de esta ley
El nuevo presidente del Colegio de Médicos de Madrid afirma que «el último Atlas Europeo de Cuidados Paliativos recomienda dos servicios de cuidados paliativos por cada cien mil habitantes. Nosotros tenemos 0,6».
El exalcalde de La Coruña y exembajador de España en la Santa Sede afirma que «un católico, con esta ley, no puede ser médico ni enfermero, porque un católico no quiere aplicar el aborto ni quiere aplicar la eutanasia».