Hay jinetes de luz en la hora oscura
Fernando Bonete | 07 de noviembre de 2020
Con motivo de la publicación de Entre la espada y la pared, conversamos sobre comunicación, libertad e Iglesia con los actores Assumpta Serna y Scott Cleverdon, y el sacerdote Juan Carlos Sánchez, fundador de Contracorriente Producciones.
A modo en que ocurren los grandes encuentros, aquellos que dan frutos más allá del momento en que tienen lugar, el rodaje de la película Red de libertad (2017, Pablo Moreno) dio origen a una valiosa relación de amistad y trabajo entre el matrimonio de actores Assumpta Serna y Scott Cleverdon, y el sacerdote Juan Carlos Sánchez, fundador de Contracorriente Producciones.
Entre la espada y la pared
Assumpta Serna, Juan Carlos Sánchez y Scott Cleverdon
Editorial San Pablo
296 págs.
17,50€
Desde entonces, los tres han trabajado codo con codo venciendo estereotipos, uniendo el mundo del cine, el teatro y la actuación con la acción pastoral de la Iglesia en una misión audaz, creativa y necesaria: formar a seminaristas, sacerdotes y laicos para una comunicación más atractiva de la fe. Juntos fundaron la plataforma predicacion.es, desde donde enseñan, en el escenario y contexto de la Iglesia, técnicas de lectura, buenas prácticas corporales, recursos para la construcción de homilías, y un uso efectivo de los medios sociales y el vídeo en redes.
Entre la espada y la pared es el resultado de sus experiencias formativas. Un libro que reflexiona en torno a la necesidad de comunicar con profesionalidad y pasión aquello en lo que se cree. Un libro de naturaleza práctica, repleto de consejos y recursos con la finalidad de aportar «claves para comunicar la palabra en tiempos difíciles».
Pregunta: Existe ese estereotipo de que la Iglesia y el mundo de la actuación no se llevan muy bien. ¿Qué hacen dos actores tan implicados en la Iglesia?
Assumpta Serna: Nosotros no creemos en estereotipos. De hecho, luchamos contra los prejuicios. Elegimos nuestra profesión como actores porque ofrece un servicio a los demás a través de la búsqueda de valores, y reflejamos actitudes a través del cine para lograr un cambio a mejor en la vida de las personas. Los valores cristianos que me enseñaron de pequeña me han servido toda la vida para vencer situaciones difíciles, para comprender cuándo me estaba equivocando, y me han servido para creer que es posible cambiar.
Creo que también en la Iglesia, como en todas partes, hay buenos y malos, pero vale la pena escuchar. Cuando escuchas a las personas que forman parte de la Iglesia, puedo mejorar, junto con Scott, su manera de comunicar con técnicas que he aprendido con el tiempo, como actriz y como profesora. A aquellos que creen los ayudamos a contar su creencia. Creer en la gente ayuda a levantarse por la mañana. El cinismo hace daño, no creer en nada es triste.
Scott Cleverdon: Existen unos tópicos, y se piensa que el actor es de una manera, y la Iglesia de otra, pero esos tópicos de las diferencias son clichés que desde la interpretación no tienen justificación. El objetivo del teatro griego, origen de la profesión, nos dice que tenemos más en común de lo que nos diferencia. En el teatro griego encontramos historias, parábolas que presentan valores universales para todos los espectadores.
Assumpta Serna: La Biblia es un libro donde se puede, todavía hoy, aprender muchas cosas, eso seguro. El estudio y la comunicación de un texto o de un guion, sea el que sea, clásico, contemporáneo o la Biblia, tiene que partir de esas premisas de búsqueda de lo universal.
Juan Carlos Sánchez: Es verdad que la historia de la relación entre teatro e Iglesia ha sido de amor-odio. Ha habido desencuentros entre la moral de la Iglesia y la vida de los actores. También hay precedentes de lo contrario, por ejemplo, la recuperación del teatro por parte de la Iglesia en la Edad Media. Pero lo cierto es que, tras conocernos en la película Red de libertad, iniciamos un camino juntos, una relación que nos ha hecho conocernos de verdad. El conocimiento compromete, y hace que ese camino sea más fácil.
P.: ¿Qué tienen entonces Red de libertad y Contracorriente Producciones que han conseguido acercar dos mundos, actores e Iglesia, en principio tan alejados?
Assumpta: El cine que hace Pablo Moreno es un cine comprensivo, un cine que no es dogmático ni propagandístico. Es un cine muy humano, y es en esa humanidad donde la Iglesia quiere y necesita acercarse al mundo, y donde también la sociedad necesita reflexionar sobre ciertos valores que hoy puedes llamar como quieras, derechos humanos, si quieres, pero están ahí desde el siglo I. En esos valores es donde cabe el diálogo. Y esto es lo que queremos con el libro y nuestro trabajo, queremos que haya un diálogo. Un diálogo respetuoso, que intente encontrar esa base común que tenemos todos.
Juan Carlos: El estilo de trabajo de Contracorriente Producciones es inclusivo, contamos con todos los que se quieran subir en el barco, crean o no. El hecho de que yo sea cura y esté implicado en una productora tiene una única misión, y es mostrar el rostro de Cristo en un proyecto que, como Él, no es para nada cerrado y no es para unos pocos. Y queremos llevar esta actitud de verdadera apertura, independencia y libertad al mundo del cine y de la cultura, que en ocasiones es algo cerrado.
P.: Sin embargo, la gente de cine manifiesta que son absolutamente abiertos y libres.
Assumpta: Es necesario que la gente del cine entienda que cuando usan la etiqueta de abiertos, plurales, y de diversidad, tendrían también que interesarse por un cine independiente, como el que hace Pablo Moreno, sin ayudas, con esfuerzo y dignidad.
Scott: Sí, sí, el mundo del cine es muy abierto y diverso, no hay censura, claro… mientras creas exactamente lo que ellos creen. Tienes toda la libertad de expresión del mundo, pero debes expresar exactamente lo que la mayoría de creadores quieren. Esto es reflejo de la sociedad actual, de la escucha parcial a todos los integrantes de la sociedad.
Assumpta: Es necesario que el mundo del cine haga esta reflexión. Cuando hablan de independencia, piensan en la suya propia, pero no en la de otras personas, como en la de Pablo Moreno, que expresa sus propias convicciones. No sabes el rechazo que experimenta el cine de Pablo Moreno cuando nuestras producciones llegan al cine. «¿Sale una monja? Fuera, no la vemos». Parece que hubiéramos retrocedido en el tiempo. Si algo debemos tener la gente del cine, es un contacto con todo, con todo lo que tiene que ver con nuestra sociedad. La Iglesia también forma parte de la sociedad, ¿por qué entonces la rechazan? Es un prejuicio estúpido.
Queremos llevar la actitud de apertura, independencia y libertad al mundo de la culturaJuan Carlos Sánchez
P.: Quizá porque la sociedad es algo infantil, o se ha infantilizado en los últimos años.
Assumpta: Yo sí creo que vivimos en una sociedad adolescente, con todos los fallos que tiene el adolescente, como aguantarse firme en unas verdades sin razón de ser, defender esas falsas verdades a ultranza y no prestar oídos a otras perspectivas. La Iglesia, en su actuación más abierta, con curas como Juan Carlos, que apuesta por la cultura, el cine, el arte, el teatro, tiene mucho que aportar aquí. Puede acoger la oportunidad de entrar por todos los sitios posibles para manifestar ese mensaje por el que nosotros apostamos: nuestro interés como personas va más allá de las etiquetas que podamos poner.
Scott: Yo, que veo España desde fuera, veo alienación y victimismo. Creo que los españoles están como afectados por un trauma del que no logran recuperarse, y eso los divide. Por ejemplo, creo que no votan para algo, sino contra algo. De ahí el ascenso de los extremismos. Hace falta recuperar el sentido de comunidad, y de la familia como primera comunidad, para tender lazos, vencer esa sensación traumática y construir juntos.
Juan Carlos: Por mi parte, yo creo que en España hemos querido derribar la ética cristiana sin tener, al menos, una ética civil desarrollada, si es que esa ética es realmente posible. En una sociedad donde no hay límites para la moral, ese hacer cada uno lo que le dé la gana se vuelve contra el hombre, que se deja llevar por fuerzas que conducen a una vida sin compromiso alguno. Pero no se puede vivir sin comprometerse, sin religarse. A Dios, y a los demás. La Iglesia aquí aporta una luz inmensa, independientemente de que pueda estar de bajón, de que le cueste salir o tenga poco músculo para enganchar. Nadie, excepto la Iglesia, se atreve a decir en el mundo que la felicidad está en la relación y el vínculo con los demás, sean o no creyentes.
P.: En el libro nos hablan de grandes películas, interpretaciones y arquetipos narrativos en relación a los textos magisteriales. ¿Es posible aplicar estos recursos a homilías, catequesis o conversaciones convincentes a pie de calle?
Scott: ¿Tú has visto Los Vengadores? La última película, Endgame. ¿Qué ocurre al final? ¿Qué hace Tony Stark para salvar al mundo? ¿Y cómo afecta al resto del mundo lo que hace? ¿No se convierte en un símbolo del mundo? La razón de que hablemos de estas historias es que la humanidad tiene necesidad de conocer la mejor manera de ser. Y creo que es posible mirar, analizar, disfrutar y encontrar sentido en las historias que nos cuenta la Biblia, base de nuestra civilización. Igual que en las películas, porque nos hablan de un camino de perfección. Las historias son las mismas, siguen acompañándonos, da igual los años o siglos que pasen, en forma de cine, de literatura, incluso el deporte, otra suerte de narrativa… Y todas las formas nos invitan a lo mismo, a la búsqueda de sentido, buscar y encontrar amor.
P.: Además de la narrativa, ¿qué otros aspectos creen que necesitamos cambiar en nuestra manera de comunicar la fe al mundo?
Assumpta: Romper el miedo a predicar con pasión aquello en lo que crees. Si desde fuera no se percibe pasión por lo que se comunica, el mensaje es irrelevante. Y ser ejemplo, que los demás vean en ti aquello que defiendes. Cuando el Papa nos dice que salgamos de nuestra propia comodidad, yo entiendo esto, salir de uno mismo, sin miedo.
Scott: Pienso en el desarrollo del evangelismo en Estados Unidos. Los pioneros no contaban con iglesias ni catedrales. Tenían la Biblia y una idea. La iglesia que construían era dentro de la imaginación de la gente. Cuando no tienes cemento ni ladrillos para construir una iglesia, tienes que valerte de ideas, conceptos. El éxito llegó de esa capacidad de crear una comunidad. En España tenemos el cemento y los ladrillos, hay iglesias y catedrales, y asumimos que todo está hecho y no hace falta tocar la imaginación de las personas.
Juan Carlos: Hace falta pasión, imaginación, y creo que también profesionalización. Con nuestros cursos y el libro pretendemos dignificar el ejercicio mismo de la comunicación entre sacerdotes, catequistas, agentes de pastoral, animadores de la comunidad en ausencia de presbíteros… Hay que poner en sus manos herramientas, instrumentos mejores, y habilidades para que sean capaces de comunicar la verdad de verdad. En la Iglesia hace falta tomarse en serio esta profesionalización. No digo que seamos funcionarios, que todo esté burocratizado, me refiero a recibir una formación clave para el ejercicio y las responsabilidades que tienes en tus manos.
Si desde fuera no se percibe pasión por lo que se comunica, el mensaje es irrelevanteAssumpta Serna
P.: En el libro estas herramientas se leen, pero también se ven. Hay fotografías en las que parece que forman a los sacerdotes como actores. ¿Por qué formar a los sacerdotes en interpretación?
Scott: Nadie ha nacido sacerdote, igual que nadie ha nacido actor, o bailarín, o músico. Es ingenuo pensar que alguien, nada más que por su naturaleza, o por accidente, va a entender las formas más poderosas de expresarse físicamente. El objetivo es contar la verdad, eso no cambia, pero debemos acompañar esa verdad de una forma atractiva de contarla. ¡Hablamos de la palabra de Dios! Nuestro objetivo es ayudar a las personas a vencer el miedo escénico para que comuniquen esa verdad con una pasión contagiosa.
Juan Carlos: Eso es, no se trata de fingir, en el sentido de la máscara griega y la falsa pantalla, es más bien sacar de uno mismo lo que uno es, siendo creíble y auténtico. En nuestras formaciones, y en el libro, seguimos siempre la vía de la autenticidad.
P.: También plantean la necesidad de que los sacerdotes se formen en psicología y coaching. ¿No piden demasiado?
Assumpta: Es lo que toca. Vivimos en un mundo en el que nada ni nadie es solamente una cosa. Para ser relevante en este mundo en el que todos saben un poco de todo, también el sacerdote tiene que formarse en múltiples capacidades. Y diría que más incluso el sacerdote, que está comunicando una verdad trascendental y que su misión es llegar a todos, sin excepción.
Juan Carlos: Es verdad que la exigencia para el sacerdote es grande, pero cuanto más formados estén, más completos sean, mayor capacidad de liderazgo tendrán. En este momento que atravesamos, como decimos en mi tierra, «hay que atarse los machos» para que la intemperie no te arrastre. Y pienso también en sacerdotes de la España vacía, ¿qué tiene que tener un cura en estas regiones y estos pueblos pequeños para mantener la ilusión de las personas? Vivimos un momento muy duro, ¿qué tiene que tener un joven para dar el paso al sacerdocio en este momento? Necesitan una grandísima libertad personal, necesitan una gran madurez, necesitan capacidad de resiliencia, necesitan ser valientes, estar conectados con la actualidad… Necesitamos héroes humanos y espirituales. Una formación exigente es imprescindible.
Creo que es posible disfrutar y encontrar sentido en las historias que nos cuenta la Biblia, porque nos hablan de un camino de perfecciónScott Cleverdon
P.: ¿Y han identificado que la formación técnica que imparten va asociada a un cambio en la personas?
Assumpta: Yo he visto cambios increíbles del primer al último curso. La experiencia que ofrecemos produce un cambio en las personas. Sacerdotes y laicos que abren su mirada a otros puntos de vista, y despiertan su ansia de conocer y entender otras realidades diferentes a las que su educación hasta el momento les ha dado.
Juan Carlos: Las herramientas, recursos y habilidades que manejamos, además de potenciar las capacidades de las personas, las inclina hacia la tolerancia y el diálogo. Que los fieles se acerquen a otras realidades es una parte fundamental de nuestro trabajo.
Scott: Piensa que nosotros llegamos desde fuera de la Iglesia. Esto invita a quienes asisten a las formaciones a abrirse a comentar problemas que quizá no sentían la libertad de comentar con su entorno. También llegamos para formar en comunicación, dejando abierta la posibilidad de mejorar habilidades que en ciertos casos se daban por supuestas. Muchos se dan cuenta de todo lo que todavía pueden mejorar. Es un trabajo desde la humildad, desde la aceptación de que no lo sabemos absolutamente todo.
P.- Y si tuvieran que seleccionar uno solo de los muchos recursos de comunicación que presentan en el libro, ¿con cuál se quedarían?
Assumpta: La escucha del otro.
Juan Carlos: La pasión.
Scott: Comunicar con amor. Es la única manera.
Ignacio Carbajosa decidió dar el paso y acudir a la llamada de voluntarios que pedían los hospitales. 35 días que quedaron recogidos en Testigo de excepción. Diario de un cura en un hospital del COVID. Una experiencia en la que el autor reconoce que «he sufrido, sí, pero ha sido tan fecundo el diálogo que yo no lo cambiaría».
Fernando Bonete & Hilda García
De la mano del director de Ediciones Encuentro, Manuel Oriol, viajamos por el actual panorama editorial y nos acercamos a una empresa familiar que cuida el contacto directo con los lectores y los autores.