Hay jinetes de luz en la hora oscura
Javier Morillas | 22 de febrero de 2021
El Gobierno no deja de adoptar, una tras otra, medidas que nos conducen ineludiblemente a una nueva crisis.
La burbuja de deuda pública que se ha creado en España supera ya la de las cajas de ahorros de los años 2009 y siguientes. Entonces, un gobernador del Banco de España, claramente partidista, permitió crecer aquel globo que acabó explotando en una crisis de financiación como no había tenido lugar en España desde los años treinta. Con unos tipos de interés inasumibles para nuestros bonos de deuda, quebrando las cajas de ahorros y con miles de ciudadanos pillados en impago con las hipotecas de sus viviendas.
La situación ahora es distinta, con intereses negativos para una deuda española histórica del 120% sobre el PIB. Como históricos son los intereses negativos de la deuda francesa, con una ratio de endeudamiento global, privado y público del 260%, 140% privado y el resto público. Todo por las inyecciones del BCE (Banco Central Europeo). Pero hoy el Banco de España asesora correctamente. Aunque el Gobierno no cesa de adoptar una tras otra medidas que nos conducen ineludiblemente a una nueva crisis. Esta vez, una crisis de caída del aparato productivo y su capacidad instalada.
Así, a la prohibición, con la prolongación de los ERTE, de ajustar plantillas a la demanda real condenando al cierre de empresas, se ha unido –y son ya varias- una modificación del ya extravagante real decreto ley antidesahucios, que exige «violencia e intimidación sobre las personas» para poder expulsar a los okupas durante el estado de alarma. Como si la okupación de la propiedad individual no supusiera ya en sí misma una violentación del propio individuo y del ahorro que legítimamente tiene destinado a tal fin, amparando el delito y la intimidación que sufre el afectado. Y que por lo mismo podría llevarlo a realizar otra okupación como «consumidor» igualmente «vulnerable».
En definitiva, se establece una nueva garantía para las mafias de la inmigración que, además del paso franco al país, pueden ofrecer en el mismo paquete un alojamiento gratuito. Y que implica un desaliento para el alquiler y la inversión privada que nos puede llevar a un estrangulamiento general de la oferta, y a los 6 millones de parados reales a los que nos encaminamos, como tenemos ya señalado. Y es que de una crisis se sale facilitando más y mejor inversión, y no promocionando una cultura de subsidio, ni aumentando gasto corriente. Se sale financiando y amparando proyectos rentables. No con toda la batería en marcha de medidas desmoralizadoras para emprendedores y autónomos. Y que nos llevará de aquella crisis de financiación a una crisis de producción.
La deuda pública de Cataluña supera los 78.000 millones de euros, equivalente al 36% de su PIB y al 26% de toda la deuda autonómica.
Lorenzo Amor, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos, pide a los políticos seguir el ejemplo de los agentes sociales y llegar a acuerdos que eviten el agravamiento de la crisis económica que nos deja el coronavirus.