Pablo Casado Muriel | 12 de mayo de 2019
Blue Origin presenta la nave Blue Moon, con la que pretende aterrizar en la Luna antes de 2024.
En 1962, Estados Unidos iba perdiendo en la carrera espacial. La Unión Soviética había lanzado primero el Sputnik y se anotaba un gran tanto con el vuelo de Yuri Gagarin en el 61. Fue entonces cuando el presidente John F. Kennedy optó por jugárselo todo a una carta y anunció que, en el plazo de una década, un norteamericano pisaría la Luna. La apuesta salió bien y en 2019 celebramos los 50 años de aquel “pequeño paso para el hombre”.
La estrategia de Kennedy funcionó y parece que Jeff Bezos, dueño de Amazon y de la compañía espacial Blue Origin, quiere imitarla en su particular duelo con Elon Musk y SpaceX. El multimillonario ha reunido a la prensa en Washington para presentar el módulo lunar Blue Moon, con el que, asegura, el hombre volverá a aterrizar en nuestro satélite antes del año 2024.
Este anuncio llega en un momento en el que SpaceX parece consolidar su supremacía en el mercado de los vuelos espaciales privados. Su cohete Falcon 9 es utilizado por compañías de todo el mundo, el Falcon Heavy ya ha realizado su primer lanzamiento comercial y se sigue trabajando en la posibilidad de enviar hombres al espacio en la cápsula Dragon.
Blue Origin, mientras tanto, sigue evolucionando su New Shepard, con el que pretende enviar a los primeros turistas más allá de la línea de Kármán, considerada el límite del espacio.
A Jeff Bezos aún le queda mucho camino por recorrer para acercarse a las cotas alcanzadas por Elon Musk. Con la presentación de Blue Moon consigue, al menos, el impacto mediático de volver a ver un módulo lunar que nos recuerde las famosas misiones Apolo. Cosa bien distinta será la de cumplir con la afirmación de que, cuando volvamos a la Luna, “será para quedarnos”. Blue Origin tiene menos de 5 años para demostrar su potencial.
La nueva carrera espacial la va ganando Elon Musk, pero los grandes objetivos que se marcan estos exploradores del siglo XXI (la Luna y, más adelante, el sueño de Marte) todavía parecen lejanos. Por el camino, tanto Musk como Bezos parecen sacados de alguna novela de Julio Verne, y no dudan en hablar de inventos y nuevas tecnologías que los acerquen a las estrellas. Por dinero no va a ser.
Si Jeff Bezos tiene ya la maqueta de Blue Moon, Elon Musk trabaja en las instalaciones de SpaceX en Boca Chica (Texas) en la construcción del prototipo de la nave Starship. Un modelo casi de ciencia ficción que estaría llamado a ser un primer vehículo capaz de aterrizar de forma vertical en las misiones.
Starships on Mars pic.twitter.com/AyKEO6ATiZ
— Elon Musk (@elonmusk) April 29, 2019
La conquista espacial ha recuperado interés mediático y los lanzamientos de SpaceX son seguidos, a través de YouTube, por miles de personas en todo el mundo.
En este contexto, y aprovechando la conmemoración de los 50 años del viaje de Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins a bordo del Apolo 11, la Administración Trump ha decidido impulsar esta nueva carrera hacia la Luna y ha puesto como objetivo ese año 2024 al que se refería Jeff Bezos.
Poner a un hombre sobre la Luna es tarea complicada y parece difícil que se puedan cumplir los plazos referidos por el vicepresidente estadounidense, Mike Pence. El nuevo gran cohete de la NASA, el SLS, no acaba de ser una realidad y apoyarse únicamente en el sector privado supone una inversión todavía mayor.
En apenas 4 años podríamos escuchar otra vez aquello de: “Aquí base de la tranquilidad. El Águila ha aterrizado”. No tendremos que esperar demasiado para comprobar si hablamos de una realidad o, de momento, todo siguen siendo maquetas.
SpaceX y la NASA prueban con éxito la cápsula Crew Dragon. Estados Unidos regresa al espacio.