Hay jinetes de luz en la hora oscura
Jessica Zorogastua | 17 de abril de 2017
A finales de 2016, los datos publicados por IDC, la reconocida empresa de investigación y análisis de mercado, muestran cómo las ventas de tablets ha sufrido un descenso continuado en los dos últimos años. De hecho, las unidades vendidas en todo el mundo han descendido a 43 millones, frente a las 50,5 millones del año anterior. Estos datos han sido adelantados ya durante el año pasado por consultoras de similar prestigio, como Forrester Research o Canaly.
Este descenso contrasta con el aumento de ventas de los smartphones o móviles inteligentes que, debido al aumento del tamaño de su pantalla y a su portabilidad, se han convertido en los dispositivos imprescindibles de nuestras vidas: en apenas cinco años, los smartphones han pasado del 38% al 91% de penetración en los hogares españoles, según el informe Televidente 2.0 de 2015.
Los smartphones han conseguido rellenar «espacios vacíos» como la cola de espera en el supermercado o un viaje en autobús
Pero los smartphones no son solo ya el dispositivo móvil con más presencia en las familias, sino que también ha cambiado la forma de nuestro consumo audiovisual, llegando incluso a competir directamente con la pantalla más popular, como es la televisión.
Durante los dos últimos años, el consumo de los vídeos cortos es el que más ha crecido, especialmente en los smartphones, como así lo demuestra que más del 60% de los usuarios señala que habitualmente consume vídeos de menos de 10 minutos. Esta realidad se debe a tres importantes razones, como son la facilidad de conexión de los dispositivos –el 81% de los usuarios españoles tiene contratada una tarifa de datos-, la mejora de la calidad técnica, ya que la conexión es mejor y los móviles han evolucionado significativamente en la calidad de sus pantallas, lo que permite el tercer factor: adaptar el consumo a nuestra vida cotidiana.
Gracias a los smartphones, hoy podemos visionar vídeos en tiempos cortos que antes dedicábamos a otras actividades o simplemente que no teníamos cómo llenar, como son la espera en una cola del supermercado o en un trayecto pequeño en un autobús. Por lo tanto, este acceso al consumo on-the-go, es decir, al consumo rápido, adaptado a la disponibilidad del tiempo de su usuario y al lugar donde esté, nos permite un consumo de vídeo de calidad, inusual hasta hace pocos años.
Y esta tendencia, según los recientes estudios, no va a cambiar en este año 2017: cada vez más, los usuarios están consumiendo todo tipo de vídeos, desde los cortos hasta los de larga duración, que superan los 30 minutos, en los smartphones, gracias a la incidencia de apuestas de canales OTT como Netflix, que están comiendo terreno a la televisión de pago.
De hecho, cada vez vemos más en el panorama audiovisual español el surgimiento de canales de televisión especializados en contenidos cortos o con reclamos de influencers entre sus principales propuestas para las novedades audiovisuales y abre un espacio importante de mercado para nuevas productoras, que ya empiezan a dedicarse a este tipo de contenidos.