Hay jinetes de luz en la hora oscura
José María Legorburu | 23 de febrero de 2017
La puesta en marcha de la emisora municipal M21 Radio ha desatado una fuerte polémica, sobre todo política, pero también radiofónica. Si se tiene en cuenta que, según informa el diario ABC, solo en el periodo de pruebas ha costado 270.000 euros, da la impresión de que ninguna emisora comercial podría permitirse un periodo de interinidad, denominado “fase beta”, de cuatro meses y medio de duración y con un coste tan elevado.
En cualquier caso, esta decisión suscita tres preguntas, fundamentalmente. ¿Por qué los ayuntamientos han de tener emisoras municipales, en muchos casos financiadas parcialmente o totalmente con publicidad? ¿Por qué el Ayuntamiento de la capital quiere reactivar ahora su concesión de Frecuencia Modulada (FM), con la excusa de poner en marcha una escuela radiofónica? ¿Son razonables las posiciones políticas y los objetivos expresados tanto por el gobierno municipal como por la oposición? Vamos a tratar de contestarlas.
El Partido Popular advierte ahora que esta emisora no es necesaria y que va a ser una herramienta de propaganda de Ahora Madrid
En primer lugar, conviene recordar que el debate sobre las emisoras municipales viene acompañándonos desde 1992, año en que se desarrolló la ley correspondiente. Desde entonces, cada corporación local puede disponer de una concesión de FM.
Esta regulación, que se justificó con la idea de impulsar la información más próxima, abrió la puerta a la controvertida fórmula de financiación mixta, que permite obtener ingresos tanto por comercialización publicitaria como por subvenciones públicas, una práctica que la Asociación Española de la Radio Comercial (AERC) viene denunciando desde entonces, sin éxito, como competencia desleal.
Segunda cuestión. No constituye una novedad ni la salida a las ondas de M21 Radio ni que tenga carácter formativo. La capital cuenta con emisora propia desde 1993. Siendo alcalde José María Álvarez del Manzano, nació Onda IMEFE (Instituto Madrileño para la Formación y el Empleo Empresarial) que, tras otro periodo largo de pruebas, emitía por la frecuencia 88.6 FM una programación que tenía carácter generalista y que estaba nutrida de magacines, espacios informativos e incluso retransmisiones deportivas.
Un lustro después, en 2004, el alcalde Alberto Ruiz Galardón cerró inopinadamente sus emisiones y, algo más tarde, su sucesora, Ana Botella, recuperó casi sin pulso el proyecto, bautizándola como Canal Empleo Madrid. Así, fue languideciendo…
Por cierto, conviene recordar que tampoco constituye una novedad que la antecesora de M21 Radio o esta misma tengan como objeto la formación profesional. En el pasado, a partir de la década de los 40, una buena parte de las figuras de las ondas también se formaron en las estaciones-escuelas locales agrupadas bajo el indicativo de Radio Juventud Radio, una de las iniciativas radiofónicas promovidas por el régimen del general Franco junto a la Red de Emisoras del Movimiento y la Cadena de Emisoras Sindicales. De allí surgieron voces tan populares -y tan plurales- como las de Jesús Álvarez, Clara Isabel Francia, José Luis Pecker, Encarna Sánchez o Eduardo Sotillos.
Tercer y último asunto; el menos radiofónico y el más político. Las justificaciones que ha dado el Ayuntamiento para relanzar la emisora son, en principio, loables, puesto que la emisora ha de servir de herramienta de formación, su programación se va a basar en un 80% en la cultura, la música ha de desempeñar un papel destacado y va a poner su foco de atención en la información de proximidad.
Frente a este argumentando, el Partido Popular, padre de la idea en 1993, advierte ahora que esta emisora no es necesaria y que va a ser una herramienta de propaganda de Ahora Madrid, siguiendo la estela de la oposición cuando se anunció en su día la puesta en marcha de Onda IMEFE.
Las instalaciones de M21 Radio. Foto: Ayuntamiento de Madrid
No hay que presuponer nada en este sentido, pues durante los años en los que gobernó el PP el consistorio madrileño, la emisora no fue utilizada como altavoz partidista. Hay que reconocer que tampoco tuvo en ese tiempo una audiencia relevante, la verdad.
Dicho todo esto, surge una nueva pregunta que aún no podemos contestar: ¿M21 Radio será, efectivamente, un medio de comunicación útil, plural y empleado por los madrileños o, por el contrario, un pozo sin fondo y un arma arrojadiza que emplearán por turnos las distintas formaciones políticas? Lo veremos o, mejor dicho, lo escucharemos. Por ahora, nada nuevo en el dial.