Hay jinetes de luz en la hora oscura
Fernando Bonete | 27 de febrero de 2017
De sobra es conocida la acalorada polémica que ha acompañado la salida editorial de Roberto Bolaño de las planchas de Anagrama. Cimentada en el artículo del crítico y otrora amigo del escritor Ignacio Echevarría (23/09/16, El Cultural), y aderezada con las declaraciones del hasta hace poco su editor, el fundador y director de Anagrama, Jorge Herralde (30/10/16, La Vanguardia), la controversia ha logrado sacar a la viuda de Bolaño, Carolina López, de un largo silencio (24/11/16, El País). De sobra es también conocida la aportación de todo este litigio a la manera de entender la vida y obra del universal, hispanoamericano y chileno (en este orden) poeta y novelista: ninguna. Nos hemos quedado igual que estábamos; tras las rencillas y venganzas, no habitan provechos.
El “debate” ha sido y es baldío, porque hasta donde sabemos (y no lo decimos tanto por la ley, como por los principios), la familia debe tener la primera y última palabra en cuanto a la obra del artista. Y entre la primera y la última todas las demás palabras deberían consistir en respetar las decisiones de quienes se amaron y decidieron compartir una vida juntos; ni la justicia ni la verdad pueden permitirse pasar por encima de la dignidad.
Además, la discusión ha eclipsado el verdadero tema de interés: las novedades surgidas, desde la perspectiva literaria y editorial, con la llegada de Bolaño a Alfaguara. Para empezar, Alfaguara, junto con Literatura Radom House y Sudamericana, todos sellos del gigántico Penguin Radom House Grupo Editorial, ha conseguido tras esta destacada adquisición completar uno de los proyectos más ambiciosos de su conglomerado editorial: ser el punto de referencia incontestable de la literatura americana en español. Alfaguara y Sudamericana por sí solas reúnen a los grandes escritores del boom hispanoamericano y su posterior generación, con Roberto Bolaño ya a la cabeza, mientras Literatura Radom House se prodiga en autores norteamericanos sin parar de engrosar su catálogo con ellos.
En cuanto a la reedición, agrupada en la denominada “Biblioteca Roberto Bolaño”, sin duda supondrá un impacto muy positivo para la difusión de su obra. Será la primera vez que podamos adquirir sus letras en formato electrónico y, dada la sobresaliente presencia de Alfaguara al otro lado del charco y sus competitivos precios de venta, su penetración en el mercado hispanoamericano experimentará un incremento seguro. Buenas noticias para la literatura.
Por último, el lanzamiento de nuevas obras póstumas del escritor nos invita a completar el conocimiento de que disponemos sobre su literatura y obtener una visión más completa y progresiva de su evolución. El espíritu de la ciencia-ficción, escrita a principios de los ochenta, ha sido la primera inédita en llegar y sirvió de homenaje a Bolaño durante su presentación en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el pasado noviembre de 2016. Alfaguara ha anunciado que el próximo lanzamiento consistirá en un libro de cuentos.
La reedición de Alfaguara nos permite acceder por primera vez a las letras de Bolaño en formato electrónico
La nueva edición de Alfaguara introduce, además, como cierre de los volúmenes, extractos facsímiles de los cuadernos de notas de Bolaño, procedentes del archivo personal del autor; encontraremos en la reproducción parcial de estas libretas la ocasión de asomarnos a sus métodos de escritura: ideas, documentación, correcciones, perfiles para sus personajes, pasajes alternativos y hasta dibujos. Sigue echándose en falta, eso sí, la existencia de una edición comentada, con un prólogo o epílogo que en cada caso nos descubra con cierto detalle las profundidades de su narrativa y poesía, máxime cuando cerca de la mitad de la obra de Roberto Bolaño es póstuma y la bibliografía divulgativa existente hasta el momento en torno al tema es mínima; no disponemos siquiera de una biografía al uso, teniéndonos que conformar con la serie de entrevistas con el autor recopiladas por Andrés Braithwaite en Bolaño por sí mismo.
Una ausencia que tal vez pueda disiparse en el futuro, gracias al nuevo proyecto editorial iniciado con Alfaguara; o tal vez no. La familia deberá tener, otra vez, la primera y última palabra.