Hay jinetes de luz en la hora oscura
Juan Orellana | 19 de enero de 2018
La última película de Steven Spielberg, quizá el director vivo más relevante e influyente del cine americano, ha sido ignorada injustamente por los Globos de Oro y probablemente lo sea por los Óscar, que dan a conocer sus candidaturas a finales de enero. En Los archivos del Pentágono, Spielberg ha querido afrontar una historia relativa al sentido profundo de la profesión periodística, a la libertad de prensa, y al difícil equilibrio entre el poder y los medios en una sociedad como la americana, que se precia de ser la tierra de la libertad. Para ello, sitúa el arranque argumental en los primeros años sesenta, cuando un observador al servicio de la Embajada de EE.UU. se une a los marines en Vietnam para mandar informes sobre la situación real de la guerra a Robert McNamara (exsecretario de Defensa de Kennedy y de Johnson). Como resultado de esos informes, se acaba realizando un exhaustivo estudio secreto sobre la intervención de EE.UU. en Vietnam. Un buen día, este informador, reconvertido en convencido pacifista, decide hacerse con una copia de esos archivos secretos y filtrarlos al New York Times, que publica un extracto de los mismos. La reacción de la administración Nixon es inmediata y se toman medidas judiciales contra el famoso diario. Es entonces cuando el Washington Post -su director, Ben Bradlee (Tom Hanks), y su editora, Katharine Graham (Meryl Streep),- decide solidarizarse con su competidor y rival en nombre de la libertad de prensa y trata de publicar precisamente los mismos documentos que le han prohibido al NYT. Pero el precio puede ser la desaparición total del prestigioso periódico.
”He drives every scene that he’s in and he makes it look easy.” Meryl Streep talks Tom Hanks performance in The Post. See them both in #ThePost in theaters everywhere Tomorrow. Get tickets: https://t.co/puTD4b2Oc0 pic.twitter.com/C9MwfiKobk
— The Post (@ThePostMovie) January 12, 2018
Los archivos del Pentágono cuenta con guion de Liz Hannah y Josh Singer (guionista de otra aclamada película sobre el periodismo, Spotlight) y una banda sonora del habitual John Williams. Pero lo realmente decisivo es la presencia de Meryl Streep y Tom Hanks al frente del reparto, compartiendo pantalla por primera vez y que consiguen darle a la trama el calor de una historia humana creíble.
Los archivos del pentágono repite las características de las películas clásicas sobre el periodismo: es trepidante en su ritmo, idealista en sus propuestas, coral en su puesta en escena, muy crítica con el poder y con puntos de humor que hacen digerible lo que atraganta. Nos recuerda a la citada Spotlight, del mismo guionista, pero también a Todos los hombres del presidente (Alan Pakula, 1976), Primera plana (Billy Wilder, 1974) o tantas cintas que combinan periodismo con dramas y dilemas de altura moral. La película de Spielberg plantea la cuestión de hasta dónde llegan los límites de la libertad de prensa y hasta dónde puede llegar la censura que se deriva de la preservación de la seguridad nacional. No es un tema fácil y Spielberg trata de definir con nitidez la cuestión: el límite está donde empieza a peligrar realmente la vida de alguien. La película deja clara su posición: los secretos de Estado no pueden ser la coartada para gobernar al margen de cualquier control democrático, y menos hacerlo con mentiras descaradas a la opinión pública. En el caso que nos ocupa, las mentiras u ocultaciones empezaban con Truman, seguían con Kennedy, Johnson y llegaban a Nixon, que es donde comienza la película. Una película muy anti-Nixon, pero suficientemente equilibrada como para no zozobrar en las aguas del maniqueísmo.
They have the goods. #ThePost is everywhere Friday. Get tickets: https://t.co/puTD4aLdks pic.twitter.com/nR3OYApmjC
— The Post (@ThePostMovie) January 10, 2018
Como suele hacer siempre Spielberg, al margen de la ya de por sí muy interesante trama principal, aprovecha para asomarse a la vida familiar de los protagonistas y humanizar a los personajes, llevarlos más allá de su mera función en el guion y darles una vida real. En ese sentido, el personaje más interesante es el de Meryl Streep, una mujer apocada y superada por las circunstancias que va creciendo hasta la altura de una auténtica heroína. Una película que deberían ver todos nuestros alumnos de Periodismo.