Hay jinetes de luz en la hora oscura
Hilda García | 20 de diciembre de 2018
La herida
Dirección: Manuel Galiana Autora: Elena Belmonte Compañía: Martes Teatro Reparto: Manuel Galiana, Pilar Civera, Susana Sanz, Jesús Ganuza, Óscar Olmeda, Pedro Fajardo. Estudio 2 – Manuel Galiana Calle Moratines, 11. Madrid Sábados 22 y 29 de diciembre de 2018, a las 20 h. Precio: 15 euros Sitio webEn un mundo dominado por la tecnología, estamos más alejados que nunca unos de otros. La incomunicación es uno de los grandes males del siglo XXI, un doloroso silencio del que advierte La herida. La obra, dirigida y protagonizada por Manuel Galiana, se representa en el teatro Estudio2, propiedad del veterano actor.
Las relaciones entre los integrantes de una familia que vive aislada en el campo centran el guion. La madre, Ada (Pilar Civera), se siente sola y arrepentida de haber perdido su vida junto a Toni (Manuel Galiana), su marido. Este es un hombre idealista y con mucha imaginación que no ha sido capaz de reunir valor para cumplir sus sueños.
La hija, Enma (Susana Sanz), tiene un trabajo anodino y vuelca su insatisfacción en una nociva relación con la comida. Su hermano, Henry (Jesús Ganuza), abandonado por su mujer y padre de una niña de seis años, se ve abocado a recurrir a una transacción económica para paliar su vacío.
Un día, dos misteriosos forasteros (Óscar Olmeda y Pedro Fajardo) irrumpen en la vivienda pidiendo agua para sus caballos. Pese a la desconfianza de Enma, la matriarca los acoge con agrado, ya que para ella supone un acontecimiento que rompe su monótona existencia.
La llegada de los intrusos es un solo pretexto para que la familia se reúna. Durante la catarsis, salen a la luz los trapos sucios que durante años permanecieron escondidos. Reproche tras reproche, se dan cuenta de que han ocultado sus verdaderos sentimientos. La falta de comunicación y de sinceridad ha hecho que vivan una mentira. Una relación falsa, dominada por el rencor y los secretos y en la que los afectos son escasos. Tan solo el amor entre padre e hija y el vínculo madre-hijo parecen tener una base sólida.
“El precio”, el poder irreversible de las decisiones
Basada en un texto de Elena Belmonte, también autora de la premiada Baile de huesos, la obra se hace eco de las principales amenazas de la sociedad actual, como la soledad, el poder, la codicia o la enfermedad. También nos habla de los sueños rotos, las falsas apariencias, la hipocresía, el paso del tiempo y, sobre todo, las rencillas familiares enquistadas.
La herida cuenta con una notable interpretación actoral. Sobresale la actuación de Susana Sanz y, sin duda, la de Manuel Galiana, que nos ofrece una soberbia intervención llena de matices. La compañía que dirige hace un teatro cercano, de artesanía, con cariño y dedicación. Y eso se nota.
La puesta en escena es sencilla. Toda la acción transcurre en el jardín de la vivienda familiar, con escaso decorado. Al tratarse de un recinto de pequeñas dimensiones, hay mayor cercanía entre los actores y el público, lo que permite que el espectáculo se saboree mejor. Sin embargo, el reducido espacio limita las posibilidades escenográficas.
La herida es una obra sugerente y consigue mantener la intriga de cuál es el verdadero objetivo de los forasteros, si bien el final resulta un tanto abrupto. Aunque no está exenta de cierta dosis de ironía y de algún que otro golpe de humor, el guion pinta un panorama descorazonador sobre el destino del hombre posmoderno y su relación -o ausencia de relación- con los demás.
El mensaje que nos transmite el texto queda patente: la incomunicación solo conduce al dolor. Todos tenemos una herida y no se sabe si es mejor cerrarla o que permanezca abierta.