Hay jinetes de luz en la hora oscura
Juan Orellana | 25 de mayo de 2018
Caras y lugares
Visages villagesEsta semana llega a nuestras carteleras una película documental que ya se ha estrenado en medio mundo y que además cuenta con las siguientes tarjetas de presentación: nominada al Óscar al mejor documental, premio al mejor documental en el Festival de Toronto y en los Independent Spirit, así como en la gala del Círculo de Críticos de Nueva York y de Los Ángeles. ¿Cuál es la gracia de esta película? Primero, que está codirigida por Agnès Varda, de 89 años, y que fue el exponente femenino de la nouvelle vague francesa de los años cincuenta y sesenta. Su cine siempre ha tenido un carácter experimental y social, y para esta ocasión se ha asociado con el joven fotógrafo y artista francés conocido como JR y famoso por colocar en sitios públicos imágenes gigantes.
Pero, ¿de qué trata el documental? Es una especie de road movie en la que los dos artistas van viajando por diversos pueblos en busca de rostros e historias interesantes. Cuando encuentran una persona relacionada con algún sucedido significativo, la fotografían y pegan la imagen, de tamaño descomunal, en alguna pared, fachada o gran superficie relacionada con ella. Por poner un ejemplo, llegan a un antiguo pueblo de mineros. Las casas de los antiguos trabajadores van a ser derribadas. Solo queda una anciana que resiste sola y triste. Le hacen la foto y su rostro va a parar a una fachada, junto a los rostros de algunos mineros que trabajaron en ese pueblo a lo largo de la historia. La mujer mira la fachada con los rostros y llora conmovida.
Otras veces el trabajo es efímero y dura lo que tarda una marea en subir, o lo que se demoran en desmontar una pila de contenedores en el puerto de Le Havre. Los dos artistas no tienen como objetivo la durabilidad de sus intervenciones, sino la experiencia de trabajar juntos y de relacionarse y conocer a los lugareños y sus vicisitudes. Este periplo también le sirve a Varda para hacer cuentas con su propia vida y añorar a sus seres queridos. Las diferencias entre ella y JR también son motivo de enjundiosos momentos, incluso de carácter cómico.
El resultado es original, interesante, de un humanismo posmoderno sugerente; además, nos permite un viaje muy personal por la costa occidental francesa. Algo nuevo que merece la pena conocer.