Hay jinetes de luz en la hora oscura
Fernando Bonete | 25 de julio de 2017
No hay duda de que las anécdotas son el recurso más utilizado por críticos y periodistas para presentar a los grandes genios del arte y la cultura. Quizá se deba a la admiración y deslumbramiento que nos provoca encontrar representados en los pequeños gestos tanto poder creativo y superioridad espiritual.
Tras una dilatada y brillante trayectoria musical, que a sus 87 años de edad todavía parece lejos de extinguirse, del pianista Ahmad Jamal se podrían contar tantas anécdotas que serían demasiadas; no necesita de ninguna de ellas para encandilarnos. Su música fue aval suficiente para inspirar a monumentos del jazz como Miles Davis, John Coltrane o Bill Evans, entre otros gigantes a los que se atrevió a sobrevivir, no solo para ser testigo de la evolución del género, sino para brillar con luz propia en su historia.
Marseille es su último álbum de estudio, dedicado con cariño a Francia, nación que siempre reconoció su valía musical (el Gobierno francés nombró al pianista en 2007 Caballero de la Orden de las Artes y las Letras). Marseille es también el nombre de tres de sus track, el número de versiones, todas de aire provenzal, poético e inspirador que incluye el trabajo: una instrumental y dos con maravillosas y sorprendentes colaboraciones del rapero Abd Al Malik y la cantante Mina Agossi.
En ambas intervenciones, Jamal y su conjunto pasan a un segundo plano, demostrando, como en el resto del álbum, un saber estar y hacer en el que la veteranía es un grado: su virtuosismo poco tiene que ver con fraseos vertiginosos y giros coloristas. El control de las intensidades y el timbre, de los que Jamal siempre ha sido un referente absoluto, alcanza niveles de buen gusto exquisitos. Los motivos melódicos seleccionados, mínimos, atípicos, pero insistentes, y la libertad rítmica desplegada hacen el resto. Son, en cualquier caso, las reminiscencias características del estilo cool de Jamal que nos permiten identificar todavía hoy su personalidad musical y cuyo estándar dejó plasmado para la posteridad en aquel mítico e imperecedero At The Pershing-But Not For Me (1958).
El control de las intensidades y el timbre, en los que Jamal siempre ha sido un referente absoluto, alcanza niveles de buen gusto exquisitos
Completan este delicado y mimado trabajo el perpetuum mobile ocasional y obsesivo de ‘Sometimes I Feel Like A Motherless Child’; la brisa latina y el tema melódico memorable de ‘Pots En Verre’; un llevadero, pero no menor intermedio protagonizado por el célebre tema versionado ‘Autumn Leaves’; el elaborado e introspectivo ‘I Came Back To See You / You Were Not There’; y la vuelta al motor rítmico de ‘Baalbeck’, con recuerdos motívicos de ‘Sometimes I Feel Like A Motherless Child’.
Marseille es, en definitiva, uno de los álbumes a tener en cuenta este 2017; los amantes del jazz deben atravesar la experiencia musical del que, sin duda, será uno de los lanzamientos discográficos del año. Auténtica proeza de la interpretación que ratifica y consagra la leyenda de Ahmad Jamal.