Hay jinetes de luz en la hora oscura
Javier Pérez Castells | 22 de junio de 2017
Existe una la parte de la red de redes que no es fácilmente accesible, pero a la que se puede llegar utilizando programas específicos, configuraciones o autorizaciones especiales. Estamos hablando de la llamada web oscura o parte de la web que no está indexada por los motores de búsqueda. Algunas de estas redes superpuestas a la internet pública pueden ser pequeñas redes amigo-amigo o grandes redes para distintos usos. Muchas son más o menos inocuas, como las dedicadas a foros de discusión política, generalmente extremista, portales de noticias amarillas o consejos de vida estrafalarios. Desgraciadamente, parte de la utilización de la red oscura es de tipo delictivo o poco ético. Es el lugar de encuentro de personas que se autolesionan, de fomento de la anorexia y bulimia o incluso donde reside la pornografía infantil, los lugares fraudulentos consistentes en sitios web clonados, la venta de servicios de hackers, de sicarios… La moneda más habitual en esta red oscura es el bitcoin, moneda virtual con la que se pueden comprar armas, software malicioso y demás servicios poco recomendables.
Una de las aplicaciones de la red oscura que más preocupa a la policía y a las autoridades es su utilización para la venta de drogas de abuso y fármacos en el mercado negro. Se ha observado que, en numerosos casos, las detenciones relacionadas con el tráfico de drogas tienen en común que las compras se han realizado por internet.
La fiesta del #ViernesNoche se disfruta mejor sin sustancias raras.
— Policía Nacional (@policia) May 13, 2016
Di NO a las drogas y SÍ a la vida. pic.twitter.com/BkqK71E8oO
Ya que esta web es difícil de controlar, se piensa en atajar el problema impidiendo la distribución de los productos. Sin embargo, los paquetes llevan cantidades muy pequeñas de droga y, en ocasiones, basta un sobre de tamaño normal. La persecución de los sitios web se está realizando, pero como sucede con otros delitos que se realizan por internet, las webs cerradas son rápidamente sustituidas por otras.
Un caso escalofriante fue el de dos chicos de tan solo 13 años que murieron a finales del año pasado en una ciudad tranquila y segura del estado de Utah, en Estados Unidos. Estos chavales adquirieron por internet un opioide sintético conocido por el nombre de Pinkie. Compraron la droga en la web oscura, pagaron en bitcoins y tomaron una dosis excesiva. Fueron encontrados por sus padres, muertos por separado.
En este sentido, existe un gran interés por parte de los vendedores de drogas por desarrollar compuestos sintéticos de gran potencia, porque así las cantidades a enviar son menores y las posibilidades de que sean confiscadas por la policía se van haciendo más pequeñas. De ahí el desarrollo reciente de compuestos de alta potencia, pero también de terribles efectos secundarios, como este Pinkie que terminó con la vida de los dos muchachos. Se trata de un opioide sintético que fue desarrollado hace años por una compañía farmacéutica como alternativa a la morfina. Otro de los opioides sintéticos que más se está vendiendo por este procedimiento es el fentanilo, que tiene una potencia analgésica y anestésica muy superior a la de la morfina. Se trata de un fármaco que se emplea solamente en casos graves y en dosis muy bajas. En cuanto a su uso ilícito, se está observando un crecimiento de su consumo en Europa y Estados Unidos. Su consumo continuado provoca dependencia y síndrome de abstinencia si se interrumpe la dosis habitual.
https://t.co/rkGggrsC9x puede ayudar a l@s chavales a navegar responsablemente por #Internet #viveinternetseguro https://t.co/ILhV7jcBrK
— Fad (@Fad_es) May 12, 2016
Desde el punto de vista químico, la estructura de estas moléculas es relativamente sencilla. Su modificación para obtener derivados puede hacerse en laboratorios con una equipación básica y sin necesidad de grandes conocimientos. Esto, que supone una ventaja para las compañías farmacéuticas, se convierte en un desastre en manos de desaprensivos. Así, por ejemplo, en el caso del fentanilo, se han desarrollado derivados como 2-metil fentanilo y el 3-metil fentanilo, que se usan como drogas de abuso por vía oral o inhalada. Ya no estamos hablando de fármacos que se desvían para uso ilícito, sino de compuestos que no han pasado ningún control de toxicidad, efectos secundarios, alergias, cálculo de dosis, interacciones con otros fármacos, incompatibilidades, etc. La dosis letal puede ser baja, pues no se conoce bien y los casos de muerte por sobredosis son mucho más frecuentes que con las drogas tradicionales. Además, la ventana que va de la dosis eficaz para provocar efectos euforizantes y la que provoca efectos graves o letales puede ser pequeña. Así, el 3-fentanilo tiene una dosis de uso como droga muy próxima a aquella con la que produce una depresión respiratoria. En general, las muertes por sobredosis de este tipo de compuestos se deben a la depresión respiratoria en el enfermo, que suele conducir a un estado de coma.
187.000 personas mueren al año por consumo de drogas
— Guardia Civil (@guardiacivil) June 3, 2016
Ellos decían "yo controlo"
¿Entonces? No te drogues pic.twitter.com/aGAjdvbdDf
Aunque las autoridades consideran que el mercado de drogas clásicas, como la heroína o la cocaína, sigue transcurriendo por los cauces tradicionales, si hablamos de drogas sintéticas de nuevo cuño, la venta por internet se está convirtiendo en el canal más habitual. Estamos, una vez más, ante un caso de globalización asimétrica. Hemos globalizado el comercio ilegal, pero estamos muy lejos de globalizar las herramientas para luchar contra él. Resulta muy complejo para la policía detener a personas que pueden estar situadas en países recónditos con sistemas legales distintos y cerrar una página web puede ser también una tarea ardua que tan solo suponga un alivio temporal. Cada vez más, las amenazas a nuestra seguridad y la de nuestros menores penetran en casa sigilosamente a través de la red. Una formación adecuada, unida a herramientas de control informático, pueden ser los consejos más recomendables a seguir.