Juan Pablo Colmenarejo
Periodista. Director y presentador de 'Buenos días Madrid' en Onda Madrid.
El 2021 ha empezado bajo cero, como no se recordaba en décadas. Dice el refrán que será un año de bienes. Si se consigue doblegar a la COVID será más que suficiente.
La pandemia se cruzó en el camino, pero Sánchez e Iglesias se abrazaron para salvarse. España cierra 2020 con más miedo al virus y viendo cómo su Gobierno espera que otros le resuelvan los problemas.
El Gobierno ha usado, desde el primer día, un criterio de conveniencia política con las estadísticas de los muertos. La suma de los reconocidos y los olvidados por el Ejecutivo se eleva a 45.684 entre marzo y abril y proyecta una cifra de casi 80.000 en el conjunto del año.
El acuerdo presupuestario de noviembre de 2020 entierra el legado de la Transición del 78. El PSOE ha abandonado la democracia liberal al asociarse con un partido liderado por un condenado por sedición y otro legatario de una banda terrorista.
La pareja Sánchez-Iglesias seguirá echando órdagos en todos los terrenos, con el fin de cerrar las vías a un cambio político en España. Tienen tres años por delante para asentar los cimientos.
Inés Arrimadas ha visto cómo el PSOE vuelve a sacarla de la ecuación del acuerdo. Sánchez solo negocia con Iglesias. Como recuerdo le queda el haber quitado una careta al presidente del Gobierno.
En el PP creen que buena parte de la reunificación coyuntural del voto se deberá a la herencia recibida de un Gobierno que, para empezar, ha hecho unos presupuestos para la comunicación política, no para contribuir a resolver los problemas estructurales de la economía española.
Isabel Díaz Ayuso se desgasta en el corto plazo, los demás creen que ganando tiempo todo pasará. De esta crisis sanitaria no va a salir ileso ningún dirigente político. Por eso Sánchez se ha apartado del foco.