José F. Peláez
Bachelor in Business and Marketing por la Universidad de Hertfordshire. Director de la agencia de publicidad y marketing MARKNIAC MKT. Autor del blog Magnífico Margarito.
Hay una diferencia entre deberte al lector y obedecerlo. Hay una diferencia entre liderar y pastorear. Hay una diferencia, sobre todo, entre el servicio y la servidumbre y Gistau hizo algo que yo no había visto nunca, que es amargarnos a sus lectores el primer café de la mañana.
Cataluña no tiene solución a corto plazo y, de tenerla, no es política. Necesitamos a muchos Sabinos, necesitamos que la elite sea intelectual y no un calçot con flequillo inflado a mejillones.
Biden tiene cara de actor que hace el papel de presidente en una serie de Netflix, que no es exactamente lo mismo que tener cara de presidente.
Ya me dirán cuándo han soñado ustedes que podrían llegar a pasar un día de Navidad sin aguantar a la suegra, una Nochebuena sin escuchar los equilibrismos neoabertzales del cuñado sanchista ni del otro, el de Vox, el que acusa al primero de pasar de la bomba a la zambomba.
La vida, por entonces, era lo que íbamos a hacer. Ahora miramos atrás y nos falta Enrique, nos falta Antonio y nos falta Umbral. Por faltar, nos falta hasta vida.
Los que que salgamos vivos, no seremos más fuertes, ni más guapos, ni las artes son productos cosméticos ni ha pasado nada excepto que habremos visto la vida real, la vida dura, cruda la muerte.
Pedro Sánchez tiene apuntados todos los ninguneos, todas las ocasiones en las que ha sido vejado, vilipendiado o infravalorado por Iglesias. Y, por supuesto, tiene prevista su venganza.
La americana es una sociedad rota, fracturada, partida en dos, quebrada en lo más profundo y con problemas muy graves que avecinan tormenta y conflictos violentos de dimensiones aún no predecibles. Y no solo por culpa de Trump.