Entre los valores que España necesita recuperar podría estar el de reconocer las evidencias. Por ejemplo, que el hospital Isabel Zendal ha sido y sigue siendo todo un éxito.
El vicepresidente del Ejecutivo siempre comprende mejor a aquellos que van contra el conjunto de los españoles que al pueblo al que aspira gobernar.
Entre la covid, la tormenta Filomena y la mala jugada de Illa, a Sánchez solo le salen bien sus asuntos particulares.
La naturaleza, todavía hoy, es más fuerte y sabia que el ser humano. Nos ha vuelto a demostrar lo vulnerables que somos.
Le voy a explicar cómo se hace un médico en España, para que entienda la perversión y cortedad de miras de esa clase política a la que otorga su confianza cada cuatro años.
La herencia de este Gobierno rupturista puede ser mucho peor que la de Zapatero. Sube impuestos a quien trabaja, penaliza a quien invierte y premia la vagancia.
La ministra de Defensa ha dado toda una lección a sus compañeros de gabinete. Una vez más, ha estado por encima de la mezquindad reinante.
De cuantos problemas padece nuestro país, nuestra nación, el conflicto catalán sigue siendo el más grave, aunque por el momento aparezca anestesiado.
Que nadie se equivoque, lo mejor que tiene España es su paisanaje, mientras que las élites son deplorables. Padecemos la peor clase política en muchos años.